Un total de 22 menores procedentes de Ucrania llegaron ayer a Mallorca para ser acogidos por familias de la isla. El grupo desembarcó la madrugada del jueves en el puerto de Alcúdia después de un viaje de cinco días y miles de kilómetros por carretera. La llegada de estos menores, así como la tramitación para regularizar su situación aquí, ha sido gestionada por la ONG Per Ells

«Estos niños proceden de Chernigiv, una zona muy castigada por la guerra cerca de la frontera con Bielorrusia. Son nuestros niños, porque forman parte del grupo que ya vinieron a Mallorca las pasadas Navidades y que iban a volver en junio para pasar el verano con nuestras familias de acogida», explicó Esperança Seguí, presidenta de Per Ells.

Esta entidad ha ayudado a decenas de menores y adultos a escapar de las bombas desde que Rusia inició la invasión de Ucrania —en muchos casos personas con conocidos y familiares residentes en la isla—, pero hasta ahora no había podido traer a los menores que forman parte de su programa de acogida. «Supimos que existía una posibilidad, así que en cuestión de tres días iniciamos la tramitación de toda la documentación y nos lanzamos. Iniciaron el viaje el domingo, y tras dieciséis horas atravesando el país llegaron a la frontera con Polonia, donde les esperaban dos voluntarios de Per Ells», explicó Seguí, al tiempo que criticó «la duplicidad y hasta la triplicidad» de las gestiones burocráticas que han tenido que hacer con diferentes administraciones y países para poder completar esta operación. «Hay una muy mala comunicación entre las diferentes administraciones implicadas. Incluso cuando desembarcaron en el puerto de Alcúdia tuvieron que esperar casi tres horas en una silla mientras volvían a verificar que estaba todo en regla», manifestó la presidenta de Per Ells.

Residencia hasta agosto

Estos menores ya tienen un NIE que se les expidió en Madrid, antes de desembarcar en Mallorca, y la previsión es que permanezcan acogidos en la isla hasta agosto. «A no ser que la situación allí siga igual o peor de lo que está. En ese caso la idea es que se queden más tiempo», subrayó Seguí.

Parte de estos niños son huérfanos, aunque otros proceden de familias desestructuradas o bien que han manifestado su deseo de que los menores se mantengan lejos de la guerra mientras duren las hostilidades. «Ahora ya estamos más tranquilos, pero hemos pasado muchos nervios. Salieron el domingo de Chernigiv y nos contaron que el lunes cayeron bombas allí mismo», indicó.