El Govern ha conseguido que el ministerio de Transición Ecológica elimine de todos sus planes y estudios la regeneración artificial de playas que en Baleares ha generado tanta polémica, tras el impacto de las actuaciones realizadas en tiempos de Jaume Matas como ministro y extrayendo arena de Banyalbufar. De hecho, la Estrategia de Protección de la Costa de Baleares considerando los Efectos del Cambio Climático contemplaba esta posibilidad.
El conseller de Medio Ambiente, Miquel Mir, explicó que «el Ministerio ha entendido nuestra postura y la vicepresidenta Teresa Ribera, cuando presentó la Estrategia en Menorca, ya dejó claro que no se efectuarían regeneraciones». Mir calificó de «verdadero desastre ecológico» la extracción de arena de Banyalbufar y recordó que las consecuencias negativas sobre playas regeneradas, como fue el caso de las de can Picafort o la de Muro, fueron muy importantes.
El estudio del Instituto Hidráulico Ambiental de la Universidad de Cantabria contemplaba la «regeneración de playas y el mantenimiento del ancho de playa seca con el objetivo de restablecer por medios artificiales el sedimento erosionado. Las playas y sus dunas presentan mecanismos naturales de recuperación, pero en ocasiones esta recuperación es lenta (de meses a años). Además, la ocupación urbana del sistema dunar y otras actuaciones en la costa pueden dificultar o incluso impedir esta recuperación por medios naturales».
Pese a ello, en Baleares no se llevará a cabo y se apuesta por mecanismos menos impactantes, como es el caso de colocación de barreras junto a las dunas para impedir su destrucción. Informes del Govern apuntan a que la regeneración de playas, además de un fuerte impacto ambiental, suponen una inversión infructuosa, ya que la arena depositada termina marchándose.
