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Tres centros de salud incorporarán a un psicólogo clínico antes del verano para reducir las listas de espera

El primero empezará a finales de este mes en alguno de los centros con más demanda. La lista de espera en Balears para tener cita con esta especialidad está en torno a los 41 días

Cola frente al centro de salud Escola Graduada.

Los elevados niveles de padecimiento mental registrados en Balears durante la pandemia han sido el motor que ha impulsado al Servei de Salut a incorporar la figura del psicólogo clínico en la cartera de servicios de Atención Primaria. Un servicio que sólo está disponible en los centros de salud en otras cuatro comunidades autónomas (Asturias, Cataluña, Madrid y Andalucía) y que arrancará de manera escalonada en el archipiélago a finales de este mes. 

En la primera tanda, esta iniciativa empezará con la incorporación hasta el mes de junio de tres psicólogos clínicos en tres centros de salud de las islas. Desde Atención Primaria se está estudiando cuáles serían exactamente los espacios sanitarios candidatos a tener los primeros psicólogos clínicos. Según el servicio se están definiendo en estos momentos, pero el responsable de la Oficina de Salut Mental de les Illes Balears, Oriol Lafau, da pistas sobre cuáles podrían ser los primeros en recibir esta figura de referencia: «Empezaremos por los centros que tienen más demanda de psicólogos y que están en zonas sociodemográficamente más deprimidas», señala. «Para que se entienda, tendrá antes un psicólogo clínico el centro de salud de Son Gotleu que no el de Son Rapinya, por ejemplo». Por otra parte, Lafau también subrayó que estos psicólogos no se destinarán por el momento a centros de salud que ya dispongan de unidad de salud mental propia, «como es el caso del de Son Pisà». Los otros centros de salud que disponen de esta unidad dependiente de la gerencia de Atención de Primaria en Mallorca son: el de Sa Torre en Manacor, el de Felanitx, el de Es Blanquer en Inca, el de Torrent de Sant Miquel en sa Pobla, el de Es Pla (Sineu), el de Marines (Muro), el de Santa Ponça, el de Na Burguesa, el de Sant Agustí, el Emili Darder de Palma o el del Rafal Nou. 

El primer psicólogo se incorporará a finales de este mes de abril, el segundo a finales de mayo y el tercero a finales de junio. «Ahora estamos ocupándonos de la contratación de todos estos especialistas, que han de tener un perfil muy específico, de psicólogo clínico, y que también sean capaces y tengan una vertiente de trabajo con la comunidad en la que estarán implantados», indica Lafau.

El responsable de la Oficina de Salut Mental explica que en Atención Primaria «siempre ha habido psicólogos. En Balears hay 27, pero trabajan en el seno de la Unitat de Salut Mental, que es un dispositivo especializado. La nueva figura del psicólogo en Atención Primaria es otra cosa que va a suponer una serie de cambios importantes», vaticina.

«A raíz de la pandemia, nos encontramos con un importante aumento de casos de trastornos leves que saturaron estas unidades de salud mental especializadas que comentaba. Hay que tener en cuenta que las consultas por salud mental han crecido un 16% y las listas de espera han aumentado por este motivo. Ahora están en torno a 41 días, lo que supone una espera de entre dos y tres meses para ver a un psicólogo», calcula. «Es muchísimo tiempo para los trastornos de salud mental», considera. 

La figura del psicólogo clínico de Atención Primaria dependerá directamente del coordinador del centro de salud en cuestión. Tendrá dos funciones. La primera, llevar a cabo labores de prevención. «Por ejemplo, imaginemos que trabaja en un barrio donde hay un elevado índice de adolescentes que se autolesionan. Pues el psicólogo haría una labor de prevención en este sentido», expone Lafau. 

Trabajo comunitario

Así, el psicólogo del centro de salud participará en las actividades del barrio, que se celebran en el casal o en otro equipamiento, que tengan un cariz preventivo. «Otro ejemplo, en las rutas saludables que se organizan en los centros de salud o casals estos profesionales podrían reservar la parte final para técnicas de relajación», explica. La segunda función del psicólogo en el centro de salud será la de la atención directa de los casos, «que podrá ser en consulta dando pautas o hacer un grupo de control, por ejemplo, de personas con ansiedad», indica. Para Lafau, con estos psicólogos se mejorará la atención de los casos de salud mental leves, «ésta será más rápida y cercana». «Con lo que automáticamente se reducirán las listas de espera de los casos más graves», refiere. «Ahora mismo, lo que sucedía con la demanda que teníamos es que los casos más graves pasaban antes a ver un psicólogo y los más leves se quedaban para el final», apunta. 

En Balears hay un total de 52 centros de salud. Lafau comenta que no se llegará a contratar a 52 psicólogos, «pero sí los máximos posibles, iremos creciendo y organizándolo bien. Quizá en algunos casos bastará con un psicólogo cada dos centros. Lo vamos a ir estructurando», asegura.

Uno de los problemas que se va a presentar a la hora de hacer las contrataciones de los profesionales «es que deben ser psicólogos clínicos, y de éstos hay muy pocos. Hay una formación nacional, el PIR o Psicólogo Interno Residente, y cada año salen unos 204 en todo el Estado. Son pocos y no es tan fácil encontrarlos», comenta Lafau, «pero haremos lo posible para ir consiguiendo los máximos que podamos», comenta. «En Mallorca salen cuatro cada año con esta formación», señala. 

En los centros de salud, los usuarios no podrán pedir cita directamente con el psicólogo, «será el médico de cabecera o el pediatra quien hará la derivación en los casos leves al psicólogo del centro de salud», refiere Lafau.

El coordinador de la Oficina de Salut Mental insiste en los perfiles de estos psicólogos que han de estar en los centros de salud. «Han de ser profesionales con una visión clínica rápida, pero también con una importante visión comunitaria. Me explico, si en el barrio donde trabajan hay un hecho traumático o una catástrofe, como el derrumbamiento de una casa o algo similar, serán los que tendrán que atender a las personas. Por eso han de tener conocimientos comunitarios y ser muy flexibles con su trabajo», opina. 

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