Los datos ofrecidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la inflación en el mes de marzo dan buena cuenta de la complicada situación de Balears. El Índice de Precios de Consumo (IPC) ha experimentado una subida desorbitada hasta situarse en el 9,4 por ciento, 1,9 puntos más respecto a los datos de febrero. En España la inflación es aún mayor: 9,8 por ciento.
En las islas han subido todos los índices de precios en comparación al mismo mes del año pasado salvo las comunicaciones, que registran una bajada del 0,4%. A partir de ahí, todo sube: vivienda (31,3%), transporte (17,1), alimentos y bebidas no alcohólicas (5,8%), menaje (3,7%), bebidas alcohólicas y tabaco (3,2%), ocio y cultura (3,1%) o vestido y calzado (2,9%).
Según se aprecia en el análisis de los datos ofrecidos por el INE, no hay ningún producto que haya tenido una rebaja del precio en el último año. Si nos fijamos en los productos más concretos, observamos que han aumentado el precio la carne de vacuno (8,6 por ciento), la frutas (7,2 por ciento), los cereales (6,4 por ciento), el café (6,3 por ciento) o el pan (5,8 por ciento).
Desde el Govern explican que existe una preocupación «obvia» porque la inflación ha llegado a cuotas demasiado elevadas, pero confían en que las medidas aprobadas en el decreto ley de medidas urgentes frente a los efectos de la guerra en Ucrania y la bajada del precio de la energía en España gracias a las renovables inicien la bajada en los próximos meses.
Los secretarios generales de UGT y CCOO de Balears, Lorenzo Navarro y José Luis García, insisten en que se trata de una situación «muy preocupante» y reclaman que los salarios se ajusten en función de la subida de la inflación para que no ocurra lo mismo que en anteriores crisis y sean los trabajadores los que carguen con el peso: «No puede ser que paguen los mismos de siempre».
García explica que, en el caso de que el «pacto de rentas» que se está negociando a nivel estatal no compense el alza de precios en bienes como la vivienda y la energía, los sindicatos exigirán en la negociación con las patronales «lo que se está perdiendo»: «La inflación está produciendo distorsiones dentro del mercado de trabajo y efectos perjudiciales».
Navarro, por su parte, añade que las negociaciones deben ir hacia un pacto con las empresas para que haya subidas salariales reforzadas con cláusulas de revisión en función del IPC al concluir el año: «Los trabajadores no pueden pagar esta crisis».
Por su parte, el presidente de la Federación de la Pequeña y la Mediana Empresa de Mallorca (Pimem), Jordi Mora, declara que la «hiperinflación será el gran problema de 2022 por delante de la pandemia» y pide tener en cuenta la «debilidad» actual de las empresas después de dos años de crisis, ya que tienen grandes dificultades porque muchas de ellas tienen que hacer frente a un importante endeudamiento: «Están en una situación muy débil para afrontar nuevas subidas de salarios».
