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Los aprendices de periodista que salvarán la posidonia

Alumnos de Escola Global participan en un concurso por el medio ambiente con originales y ambiciosos proyectos, como cocinar un aceite de algas o estudiar los patrones de las corrientes

El grupo de jóvenes reporteros de 1º de ESO tras entrevistar al técnico de IBANAT Marcial Bardolet. E.G.

«He visto que no solo hay Google, es mejor cuando alguien te cuenta las cosas, es más real», explica Bruno, entusiasmado después de su primera experiencia como periodista. «Conocer y aprender directamente de las diferentes personas y sus puntos de vista es mucho más interesante que simplemente encontrar información en internet», dice Miguel.

Bruno Canals y Miguel Sánchez son alumnos de 1º de ESO, y desde enero también son periodistas, investigadores, activistas medioambientales y voces expertas en la posidonia.

Estos dos estudiantes junto a sus compañeros Pau Schweins y Oscar Fincher-Sell representan uno de los tres grupos del colegio Escola Global que participan en el concurso internacional Young Reporters for the Environment.

Escola Global forma parte de la red de EcoEscuelas, conformada por 59.000 centros educativos de casi 70 países. Este año decidieron abordar con los estudiantes el estado de nuestro mar, de la mano de MedGardens, entidad que se ha marcado como objetivo regenerar los bosques submarinos mediterráneos. En enero científicas de esta organización hicieron una presentación a los estudiantes de 1º a 3º de ESO que comenzó con una imagen: la del fondo marino de Gibraltar, lleno de vida. A continuación les mostraron una foto del mismo lugar tomada siete años después: toda la biodiversidad de la zona había quedado anulada por un alga invasora llegada de Asia (Rugulopteryx okamurae) que no tiene depredadores y se extiende muy fácilmente.

La Rugulopteryx okamurae no ha llegado al Mediterráneo, pero de hacerlo sería una brutal amenaza para la posidonia, la planta marina (que no un alga, como ya han interiorizado los estudiantes de Escola Global) cuyas praderas sostienen la vida del fondo mediterráneo.

¿Qué podemos hacer? ¿Qué puede hacer un grupo de alumnos de Secundaria para proteger a la posidonia de ésta y otras potenciales amenazas? Los chavales se distribuyeron en grupos, investigaron y presentaron sus proyectos a sus compañeros. Los tres mejores pasaron a la siguiente fase: hacer un reportaje para el concurso de Young Reporters for The Environment. Con este proyecto, los chavales han aprendido sobre la posidonia, pero también a tener iniciativa, a ser curiosos y creativos, a plantear ideas y buscarse la vida para llevarlas a la práctica, a recabar información de las fuentes originales...

Los ‘jóvenes reporteros’ de Escola Global. | M.F.

«Nos ha sorprendido cómo han cogido el reto y lo han hecho propio, llevándolo mucho más allá de lo planteado», señala Madi Canals, coordinadora del proyecto EcoEscuela en Escola Global, que celebra que «la curiosidad y entusiasmo» de los jóvenes se ha acabado transmitiendo a los adultos a los que han entrevistado y con los que han trabajado «de igual a igual».

Bruno y sus compañeros pensaron que si una pequeña acción puede generar una catástrofe (como que un carguero traiga el alga invasora al Mediterráneo), una pequeña acción también puede generar una mejora. Y a partir de esa premisa plantearon su proyecto: un vídeo de tres minutos que incluye una entrevista con Gori, un pescador artesanal que aplica métodos sostenibles para respetar la posidonia; otra con Fiona Tomás, una científica del IMEDEA que investiga sobre algas invasoras, y otra con un ‘guardián de la posidonia’ (Marcial Bardolet, técnico del IBANAT) que trabaja para evitar que los barcos dañen las praderas al fondear.

Victoria y Hannah, experimentando en la cocina de la chef María Salinas. | E.G.

Victoria Sánchez y Hannah Herman forman el equipo de 2º de ESO y para su artículo pensaron: «¿Y si encontramos algún uso que haga interesante la extracción de las algas invasoras?». Vieron que en la última edición de Madrid Fussion un chef presentó salsas hechas con algas y decidieron seguir investigando en esta línea.

Contactaron con la chef mallorquina María Salinas (de LJs Ratxó) y, tras coordinarse con el personal de MedGarders (que fue quien se echó al mar para proporcionarles algas frescas y después las desinfectó), tuvieron una sesión de ‘cocina-laboratorio’ en la que hicieron aceite de algas. «Es emocionante ver cómo una idea propia se transforma después en algo concreto», celebran las chicas, que además han calculado que la extracción de las algas para fines culinarios podría ser rentable.

El tercer equipo está formado por Tana Baier y Georgia Sarmiento, alumnas de 3º de ESO, que se han lanzado a un proyecto de envergadura: investigar cómo se podría prevenir la expansión del alga invasora a través de la observación de las corrientes oceánicas y los efectos de la actividad humana. Para ello, han contando con la mentoría de investigadores del Instituto de Física y Sistemas Complejos (IFISC) que las han introducido en el universo del modelado de sistemas complejos como herramienta para prevenir la expansión.

Tana y Georgia, de 3º de ESO, exponiendo su proyecto a sus compañeros . | E.G.

De la experiencia Georgina valora especialmente que han trabajado de forma «muy independiente», pudiendo escoger y sacar adelante el proyecto ellas solas: «Era una responsabilidad y ahora nos sentimos más solventes». Tana ve muy positivo «poder aportar compartiendo conocimientos»: cree que «aunque solamente diez personas» lean el artículo que redactarán «al menos esas diez personas sabrán lo que ocurre en el Mediterráneo» (ejemplo de pequeña acción que puede suponer una mejora, como las que expondrán sus compañeros de 1º de ESO).

Como señalaba Madi Canals, la energía con la que los chavales han encarado este proyecto se ha transmitido a todos los adultos a los que han consultado. A Laura Royo, oceanógrafa de MedGardens, le ha parecido «increíble» la iniciativa de estos estudiantes que «ahora mismo tienen más conocimiento sobre qué son las especies invasoras, qué repercusiones tienen, y qué es lo que hace que estén aquí, que la mayoría de la población adulta». También le ha gustado mucho la manera de funcionar de los chavales, partiendo de tres puntos: «Qué podemos hacer, a quién le afecta y cómo podemos ayudar». En un contexto medioambiental de indicadores y pronósticos poco alentadores, la actitud de estos jóvenes es un acto de positivo inconformismo: este es nuestro mar y lo vamos a defender.

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