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Barceló e Iberostar sellan la paz por la disputa entre sus divisiones de viajes

Las dos familias cierran, sin demanda, «sus diferencias» surgidas a raíz de la salida de Subías de Ávoris

Gabriel Subías, en imagen de archivo, salió de Ávoris (Barceló) a finales de 2019 y se incorporó a W2M, de Iberostar. David Costa

Las familias Barceló (Grupo Barceló) y Fluxá (Iberostar) han cerrado la disputa que mantenían por el enfrentamiento de sus divisiones de viajes, Ávoris y World2Meet (W2M), respectivamente, un conflicto que estalló el verano pasado con amenaza de demanda por parte del grupo que lidera Simón Pedro Barceló, y que se produjo tras el fin de la relación laboral de Gabriel Subías con Barceló y su incorporación a Iberostar. En un escueto comunicado se informó ayer de que «dan por cerradas las diferencias surgidas como consecuencia de la salida de diversos profesionales del grupo turístico líder español y su incorporación posterior a W2M y W2Fly». Sin acudir a los tribunales, como pretendían desde Ávoris al inicio.

«Ambas compañías -continúa la nota de prensa enviada, en nombre de las dos filiales, desde Ávoris Corporación Empresarial- confían en reactivar la relación que ha unido a ambos grupos empresariales a lo largo de los años y que dé paso a un clima de cordialidad entre ambas empresas en el futuro». Desde ambas partes se amparan en que existe un acuerdo de confidencialidad y no se harán declaraciones. Sin embargo, se da por descontado que al descartar Barceló la vía judicial habría obtenido una compensación económica por parte de Iberostar.

El conflicto entre las dos familias mallorquinas estalló meses después de la destitución de Subías, en diciembre de 2019, como consejero delegado de Ávoris, tras la fusión con Globalia. Entonces, regresó al Grupo Iberostar para ponerse al frente de su división de viajes, W2M. Al directivo le siguieron un gran número de trabajadores, entre ellos altos cargos, y se incorporaron a su nuevo equipo para relanzar el banco de camas y receptivo de los Fluxá y la nueva aerolínea W2Fly. Así fue como se desató la crisis entre los dos grupos competidores. 

Fue en junio del año pasado cuando trascendió que Ávoris estaba comunicando por cartas vía burofax a Subías, consejero delegado de W2M, y una cincuentena de extrabajadores que siguieron su estela, en una fuga de talento sin precedentes, que había abierto una investigación interna por presunta «competencia desleal», aludiendo a que habrían estado trabajando en ambas empresas al mismo tiempo. En las misivas que firmaba Vicente Fenollar, presidente ejecutivo de Ávoris, se advertía de una posible denuncia en los juzgados. 

El copresidente de Grupo Barceló, Simón Pedro Barceló, declaró semanas después a este diario que ante «hechos potencialmente ilícitos» tenía «una obligación» y confirmaba que estaban «investigando» el asunto para tomar «decisiones».

Diez meses después se ha anunciado que hay acuerdo. Subyace que Iberostar y su filial de viajes encabezada por Subías habrían reconocido que hubo una actuación incorrecta, como presumió su antiguo empleador, Ávoris, y la disputa se habría cerrado con una compensación económica a favor de Barceló y sin llegar a los juzgados.

Así las cosas anuncian su intención de que las aguas vuelvan a su cauce entre ambos grupos para que reine «un clima de cordialidad» entre las dos competidoras, de manera que lo que suponía la ruptura entre dos familias turísticas de la isla pasaría a ser «solo una pequeña anécdota en la historia de buena relación con la familia Fluxá», en palabras del copresidente de Barceló el verano pasado.

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