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Guerra en ucrania

Los conventos de Campanet y Cala Rajada se perfilan para acoger refugiados ucranianos

Los hoteleros reclaman al Govern un marco de actuación «claro, definido y seguro» para la cesión mensual de doscientas plazas y piden que se les clarifique el «estatus» de los recién llegados con objeto de emplearles en la temporada turística

El hotel Palma Bellver, también conocido como «hotel covid», concluye su contrato a finales de mes. | B. RAMON. B.RAMON

Electricistas y fontaneros enviados por el Govern ya están evaluando el estado estructural de los conventos de Campanet y Cala Rajada para usarlos como centros de acogida de larga duración para las personas que lleguen a Balears escapando de la guerra de Ucrania, según pudo saber este diario de fuentes solventes del Ejecutivo autónomo. Unas fuentes que añadieron que las congregaciones religiosas de estos dos conventos habrían mostrado su predisposición a acoger a estos desplazados.

Por otro lado, María José Aguiló, gerente de la Federación Hotelera de Mallorca (FEHM) respondió ayer a la petición formulada por el Govern de una cesión temporal de doscientas plazas (durante unos treinta días desde el momento en que los ucranianos alojados actualmente en el hotel Bellver tengan que abandonarlo a finales de mes): «Es preciso que contemos con un marco claro, definido y que dé seguridad. Tiene que ser un proceso ordenado y protocolizado», reclamó.

Asimismo, los hoteleros de Mallorca plantearon en paralelo al Govern la necesidad de clarificar el estatus de las personas desplazadas con el objeto «de ver las posibilidades de ofrecerles puestos de trabajo con un marco regulatorio extraordinario y específico que, por una parte, permita contribuir a la normalización de la estancia de los refugiados y por otra cubrir la demanda de trabajadores en el sector turístico».

Volviendo a la búsqueda del Govern de centros de acogimiento más estructurales y duraderos en los que poder alojar a los refugiados por un periodo de más larga duración, nunca inferior a un año, también se está barajando la posibilidad de alojarles en albergues juveniles, en el caso de Menorca, y en hostales vacíos en el resto del archipiélago.

De nuevo con los hoteleros, la vicepresidenta ejecutiva de la FEHM trasladó que las empresas han manifestado la voluntad de colaborar, «pero es preciso que contemos con un marco de actuación claro, definido y que de seguridad», reiteró.

En el mismo sentido, fuentes del Govern con conocimiento de lo tratado en las reuniones con el sector manifestaron que «nos aseguraron que facilitarnos doscientas plazas durante tan solo un mes en diversos establecimientos hoteleros no implicaría ningún problema».

«Tiene que ser un proceso ordenado y regularizado. Nosotros hemos trasladado unas bases tanto a la directora general de Turismo, Rosana Morillo, como a la directora general de Asuntos Sociales, Teresa Vallespir, en una reunión mantenida de la que aún esperamos respuesta», puso rostro a sus interlocutores Aguiló.

«Hemos incidido en la necesidad de clarificar estos puntos para ser los más agiles posibles. Seguimos a la espera de respuesta o una nueva convocatoria de reunión para poder actuar más diligentemente», reclamó.

Con un tono crítico, la FEHM reveló que el Govern les solicitó material para acondicionar los nuevos centros de acogida humanitarios y que en menos de veinticuatro horas la respuesta hotelera ya se había concretado triplicando incluso las cantidades de material solicitadas entre las que citaron camas y literas, colchones y somieres, almohadas, ropa de cama y toallas y menaje del hogar, platos vasos y cubiertos.

Todo este material cedido está aún sin recoger, pendientes de articular un servicio para hacerlo, recriminaron. Fuentes del Govern señalaron que esta tardanza obedece a que, una vez encontrado un local o edificio idóneo para alojar a los ucranianos desplazados, se ha de limpiar y pintar antes de proceder a amueblarlo.

«Queremos colaborar desde el sector hotelero y manifestar de esta manera nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano. Aunque nuestra colaboración es una respuesta temporal y de urgencia, mientras las autoridades competentes habilitan espacios más duraderos en residencias, cuarteles y conventos», puntualizó el sector.

Cuarteles militares: «No están pensados para estas personas»

Delegación de Gobierno descartó la utilización de cuarteles militares en buen estado para acoger a los refugiados ucranianos que lleguen a esta comunidad porque «no están pensados para alojar a unas personas con las que se intenta que recuperen en la medida de lo posible su vida anterior».

Por ello, descartó unas instalaciones como las del cuartel de Son Tous que, como se recordará, sirvió de centro de internamiento temporal en la avalancha de llegada inmigrantes africanos, o la propia base aérea de Pollença en cuyas instalaciones con vistas de primera línea a la bahía se alojan habitualmente oficiales del Ejército durante los meses de verano. 

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