A Mallorca le chifla el fuego. Cada vez que se celebra un correfoc, los ciudadanos bajan hasta el mismísimo infierno para bailar entre las llamas con seres endemoniados con cuernos y chispas en la boca.
Ensimismados por los trucos pirotécnicos y la belleza de los fogonazos en el cielo, nadie se pregunta quién danza bajo el disfraz. Pero por el traje holgado y el aspecto siniestro, todos dan por hecho que quien se enfunda en esa indumentaria es un hombre, habida cuenta de que a la figura femenina se la vincula con estampas más inocentes e inmaculadas.
Ese fue el planteamiento de las ‘dimonis’ de la Associació Cultural Trabucats, que de inocentes tienen más bien poco: «Nosotras, las mujeres, también participamos en los correfocs. Todavía sorprende que debajo del traje haya una mujer. Queremos romper estos estereotipos y acabar con los roles tradicionalmente masculinos en la cultura del fuego».
Y así, con esa reivindicativa consigna, nació una iniciativa que, al calor del 8M, pretende luchar contra los clichés: un correfoc organizado y protagonizado solo por mujeres. Una reunión en enero dio el ‘sus’ al proyecto, y después de dos meses de trabajo, el espectáculo llega este sábado, 5 de marzo, a las 21:00 horas en la plaza Josep Maria Llompart.
‘Cremem Ses Cadenes’ es el título del correfoc en el que más de 20 mujeres bajo máscaras diabólicas reivindicarán su papel en una de las celebraciones más tradicionales en Mallorca. «Queremos romper la opresión y las cargas que todavía a día de hoy nos impone el sistema por el hecho de haber nacido mujeres», arguyen.
Mientras que las ‘dimonis’ de la Asociación Cultural Trabucats se ha encargado de la organización previa con el apoyo de la Asociación de Vecinos del Rafal Vell, las calles arderán de la mano de otras tres collas, que se han sumado a la iniciativa: el Comte Mal de Calvià, Dimonis Foc d’Inca y Bruixes de Mallorca. La batucada feminista Femsò, por su parte, amenizará la fiesta con tambores y timbales.
«La gente se sorprende cuando dices que quemas en una colla. La figura del ‘dimoni’ suele estar muy masculinizada», explica Tanit Vilà, miembro de Trabucats y una de las organizadoras del evento. «Además, las tareas que hay detrás de un correfoc, como el papeleo, el montaje o los pedidos de pirotecnia, suelen recaer en los ‘caps de colla’ o los dirigentes, que normalmente son hombres», señala Vilà.
Por eso se comprometieron a preparar el espectáculo desde cero, aunque sabían que se enfrentaban a multitud de problemas e inconvenientes: «Hemos tenido que aprender muchas cosas que no habíamos hecho hasta ahora, y solucionar los contratiempos. Por ejemplo, muchas de las asociaciones con las que hemos contactado nos decían que no podían participar porque apenas tenían mujeres en el grupo».
Por si fuera poco, las organizadoras decidieron que el correfoc sería autofinanciado. Con este objetivo, diseñaron una bolsa de tela con el título del evento, la imagen de la Sibil·la (que protagonizará el inicio del pasacalles) y un dibujo de las tres bestias que acompañarán a las ‘dimonis’ en la fiesta el sábado.
Los fondos que recauden con la venta del accesorio, que se ofrece en blanco o en negro y se puede adquirir contactando con Trabucats en sus redes sociales, se destinarán a cubrir los gastos del material, como la pirotecnia, o el papeleo. Con este mismo propósito, la asociación de vecinos montará una parada solidaria con servicios de comida y bebida y venta de ‘merchandaising’ durante el correfoc.
Con esta iniciativa, las organizadoras esperan no solo acabar con los estereotipos de género, sino también animar a más mujeres a que se apunten a una colla y se animen a ser ‘dimonis’. «En este mundo, todavía falta mucha presencia femenina. Casi todas las asociaciones tienen muchos más hombres», asegura Tanit.
Junto a sus compañeras Magdalena Amengual y Maria José Blanco, que también protagonizarán el pasacalles, se ayudan entre ellas para enfundarse en el traje. La máscara, hecha a mano, y el cinturón lleno de estrepitosos ‘picarols’ son imprescindibles en cualquier disfraz. Con nervios e ilusión, se preparan para el último ensayo antes del gran día, mientras los vecinos ojean, curiosos, ante la insólita escena.
Cuando se convierten en ‘dimonis’, dejan de ser Tanit, Magdalena y Maria José, para transformarse en tres seres diabólicos, imponentes a la vez que cautivadoras. Sacan la lengua, rugen y muestran sus expresiones más temibles mientras blanden garrotes y bastones. Es la viva imagen de un símbolo en Mallorca; tradición que las mujeres han vivido en un silencio que, por primera vez, están a punto de romper.
