El conseller de Turismo, Iago Negueruela, consiguió sacar adelante su decreto ley turístico con los votos a favor de los partidos del Pacto (PSIB, Podemos, Més per Mallorca, Més per Menorca y Gent per Formentera) y toda la oposición en contra (PP, Cs, El Pi y Vox). 

Negueruela aprovechó su intervención ante los grupos para agradecer la confianza, y lamentó que el Partido Popular esté «siempre en el ‘no’ y se quede en clichés»: «Fuera hay menos ruido que aquí, se escuchan las propuestas». Esta consideración iba referida a las críticas constantes que se han sucedido en las últimas semanas por parte de entidades como la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca muy dura con el conseller antes de llegar a un acuerdo esta misma semana o Habtur, la patronal del alquiler turístico. 

En este sentido, defendió que el turismo «no es patrimonio de nadie» e insistió en que la principal industria de Balears «se debe basar en la calidad que da a los trabajadores». «Esto no es revolucionario, es dignificar», llegó a decir Negueruela al tratar de explicar que las medidas eran «fundamentales».

El PP llevaba varias semanas haciendo una oposición férrea tanto al conseller como a la presidenta del Govern, Francina Armengol. Incluso las juventudes del partido emitían en redes sociales mensajes irónicos (#elmatonismodeNegueruela, #PequeñoperoMatón) sobre las últimas noticias de negociaciones.

La diputada María Salomé Cabrera calificó la ley como «una gran decepción por las formas y el fondo, por la deslealtad y por el intervencionismo» y manifestó que «no han podido hacerlo peor»: «Plantearon la entrada de la moratoria de plaza por la puerta de atrás». Asimismo, reprochó al Govern que «no son de fiar» porque la norma «perjudica a pequeños y medianos empresarios».

Desde Podemos valoraron positivamente la apuesta por un modelo diferente «que vamos a poder exportar a otros territorios y países», aunque consideraron que el paso es insuficiente: «Hay que seguir apretando e ir a por más». Por ello, la diputada Antonia Martín afirmó que «no caben más turistas en las islas» y apeló en varias ocasiones al PP, sobre los que dijo que si por ellos fuera «la Serra de Tramuntana estaría cimentada. Si hay alguien antiturismo son ustedes».

Més per Mallorca expresó que los indicadores actuales apuntan a que «más turistas no significa más riqueza» y este decreto ley permite «cambiar la forma en que nos relacionamos con el turismo como sector económico». El diputado Joan Mas Collet incidió en que «sin limites no hay futuro»: «La congelación de la bolsa de plazas es imprescindible porque los límites deben estar por debajo de los actuales».

El portavoz de Més per Menorca, Josep Castells, determinó que se trata de que la ley incluye la moratoria de plazas, la decisión «más atrevida, importante y transformadora», y que era una condición imprescindible para apoyarla: «Queremos el decrecimiento turístico porque queremos el crecimiento económico».

Ciudadanos reprochó a Negueruela que sacara su «perfil más demagogo» con esta ley: «Han roto todo tipo de puentes de consenso y diálogo». Su portavoz, Patricia Guasp, mencionó que el adelgazamiento no es la solución y denunció el «falso relato» del Govern: «Les falta humildad, la gente está harta».

El Pi también mostró su rechazo al «abuso» del decreto ley, que tildó de «práctica perversa del Govern», y se posicionó en contra de la congelación de plazas. Además, el portavoz, Josep Melià, añadió que esta norma no afronta el cambio de uso de establecimientos turísticos obsoletos.

Vox, a través de su portavoz Jorge Campos, proclamó que el Govern solo tiene el apoyo de las grandes multinacionales hoteleras y de los sindicatos a estos últimos los calificó de «subvencionados» y espetó que la nueva ley «va a causar más perjuicios que beneficios».