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Entrevista

Rafael Morales Soriano: «Con otra terapia elevamos la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con cáncer de páncreas»

«Un paciente al que podemos operar tras cuatro meses de quimioterapia intravenosa puede llegar a sobrevivir unos treinta meses»

Rafel Morales, cirujano oncológico de Son Espases. HUSE

¿Cómo ha recibido su designación como miembro de la Reial Acadèmia de Medicina?

Con un gran orgullo porque se trata de una institución con más de dos siglos de antigüedad y en la que para entrar te han de proponer al menos tres académicos, propuesta que luego se somete a votación y solo prospera con una mayoría simple. Es como un reconocimiento a tu labor.

¿Cómo ha sido su trayectoria en el Servei de Salut?

Empecé en enero de 1993 en Can Misses y continué en Son Llàtzer desde su puesta en marcha, en 2001. En 2014 pasé a Son Espases para montar el programa de cirugía oncológica peritoneal, donde aún sigo.

Su conferencia de ingreso va a versar sobre el cáncer de páncreas, uno de los tumores de peor abordaje...

Sí. El cáncer de páncreas es uno de los tumores del aparato digestivo más agresivos y de peor pronóstico. Una vez diagnosticado, solo se puede intervenir para quitar el tumor a entre un 25% y un 28% de los pacientes. En el resto suele estar ya diseminado por diferentes órganos como el hígado, el pulmón o el peritoneo.

¿Se expande más rápidamente que otros tumores?

Sí, tiene una diseminación muy precoz al inicio y eso le convierte en un tumor muy letal. Y tiene otras características específicas, como el hecho de que responda muy deficientemente a los tratamientos de quimioterapia.

¿Por qué?

Porque dentro del tumor se forman como unas barreras internas, una fibrosis, que impide que los citostáticos (sustancia química de la quimioterapia que detiene o demora el crecimiento de las células cancerígenas) penetren en el tumor con profundidad.

¿Se está haciendo algo para solventarlo?

Sí. Ahora se están empleando nuevos citostásicos o combinaciones de ellos para aumentar su eficacia. Eso está haciendo cambiar los tratamientos.

¿Qué se hace ahora con estos tumores?

Ahora los atacamos con quimioterapia neoadyuvante, que consiste en tratar al paciente con quimioterapia intravenosa cuatro meses antes de la intervención quirúrgica. Una vez completadas las sesiones, le repetimos el TAC (Tomografía Axial Computarizada, un examen médico de diagnóstico por imágenes) para ver si el tumor ha menguado. Si es así, le llevamos al quirófano e intentamos extirparlo.

¿Qué se consigue con esta nueva terapia?

Aumentar algo la supervivencia de los pacientes, que viven más y con mayor calidad de vida.

¿Cuál es la supervivencia media de un paciente con esta patología?

A los que podemos operar tras la quimioterapia intravenosa, unos treinta meses.

Su conferencia de esta tarde se va a centrar en la posibilidad de efectuar estas intervenciones en pacientes de edad más avanzada. ¿Por qué?

Porque durante mi formación en la Clínica Puerta de Hierro y en el hospital Gregorio Marañón percibí con horror como a todos los pacientes mayores de 75 años se les excluía de cualquier tipo de cirugía oncológica abdominal compleja. Afortunadamente esto ha cambiado gracias a los avances con la quimio y de los cuidados postoperatorios, entre otros. La conferencia es el fruto de un estudio que hemos llevado a cabo en Son Espases para ver qué pasaba con los pacientes mayores a los que operábamos.

En estos momentos, ¿todo paciente es tributario de pasar por el quirófano pese a su edad?

Con estos avances pueden hacerlo un 30% de los pacientes mayores de 75 años e incluso un tercio de este porcentaje que tienen ochenta o más de ochenta años.

¿Qué conclusiones han sacado del estudio mencionado?

Que los pacientes mayores tienen más complicaciones y más mortalidad postoperatoria pero que esa diferencia no es significativa con los grupos de menos de 75 años.

Pero estos pacientes mayores deberán reunir unas condiciones para ser operados...

Sí, claro. Han de estar en una buena situación física y debe cumplir unas escalas de fragilidad y de reserva funcional, esto es, debe ser capaz de tolerar un estrés físico. La principal conclusión del estudio es que si seleccionamos bien al paciente, si usamos la técnica quirúrgica adecuada y extremamos los cuidados postoperatorios, tener más de 75 años no será una contraindicación por sí misma para ser operado de cáncer de páncreas.

¿Qué nos da esperanza para abordar estos tumores malditos?

El hecho de que haya mucha investigación, la medicina de precisión y el hecho de que se puedan detectar antes gracias a unas alteraciones moleculares, unos marcadores que sin embargo son demasiado imprecisos como para poder implantar un programa de cribado poblacional para detectar precozmente estos cánceres.

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