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Antonio Bonet Mulet: «Los dirigentes chinos no logran la titulación como Pablo Casado»

Antonio Bonet Mulet (Palma, 1963) lleva seis años de profesor de castellano en la ‘high school’ china de Hangzhou. Licenciado en Psicología y máster en Periodismo, acumuló una experiencia televisiva en Localia o IB3, antes de emigrar «por problemas económicos. Hay mallorquines repartidos por todo el mundo».

Antonio Bonet Mulet DM

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Podemos hablar tranquilamente, de Palma a Hangzhou?»

Yo creo que sí, porque lo estamos haciendo por teléfono.

Me refiero al control.

Ya te he entendido.

Usted emigra con casi cincuenta años.

Me dio miedo, eh, pues sí, pero vino así. Estaba separado, con una hija adulta. Pero si me marché es por falta de oportunidades en Mallorca.

¿Se añora?

Pues claro, en especial ahora que por la pandemia llevamos dos años sin salir de la ciudad. Pude regresar el pasado agosto de las vacaciones porque tenía contrato de trabajo y permiso de residencia, pero las fronteras siguen cerradas.

En Mallorca presumimos de haber padecido un confinamiento a la china.

Por lo que me han contado mi familia y amigos, el confinamiento ha sido menos duro que aquí, y en España han podido moverse más que en China. En la empresa que intermedia mi trabajo, hemos sido cientos de profesores localizados y controlados.

¿Los chinos son más obedientes o les obligan a obedecer?

Culturalmente están más acostumbrados a la obediencia ciega. Siguen las normas, es un tema confuciano.

¿Cumplen desde niños?

No estoy en su cabeza, soy muy reservado y no tengo el nivel suficiente del idioma, pero veo que no se plantean discutir una norma. Los menores de diez años son tan vivaces o espontáneos como cualquier occidental, el sistema educativo los va homogeneizando.

¿Ese control chino es exportable?

En las conversaciones que mantengo, y que a menudo llegan a discusiones, insisto en que no debemos olvidar la cuestión numérica. Esto es un continente más que un país. Son tantos, que han de funcionar un poco en plan militar.

¿Los chinos aprenden rápido?

Aprenden rápido, pero en mi caso veo que la promoción internacional del español ha sido marketing antes que otra cosa. Se estudia muchísimo más el inglés. Como alumnos, son respetuosos y aprecian al profesor.

¿Y usted ha aprendido chino?

Estoy peleándome con el mandarín. Queda un poco feo, pero uso sobre todo inglés y español, el chino lo intento para las cuestiones cotidianas. Tal vez en la próxima vida.

¿Desde allí la democracia se ve de otra manera?

¿Qué democracia? A ver, hay algo que puedo decir. Obviamente, aquí es imperfecta en muchas cosas tal como la entiende el Occidente anglosajón. Pero yo defiendo una democracia real, con tecnología para votar directamente, saltándose los partidos y los medios de comunicación de masas.

Es el peor sistema, si se olvidan los otros.

La democracia anglosajona deja mucho que desear. Se utilizan los derechos humanos como arma arrojadiza contra China. No me corresponde defenderlos, pero se olvidan de Guantánamo o de Julian Assange. Y los noventa millones de miembros del Partido Comunista chino son la gente con la cabeza mejor amueblada del país, su columna vertebral. Surgen de un filtrado exigente, los dirigentes chinos no han logrado la titulación como Pablo Casado. No son demócratas a la manera occidental, ¿y por qué habrían de serlo? Soy muy antiyanqui.

Allí tiene que cumplir las reglas.

Hace poco expulsaron a un profesor neozelandés, porque en nuestros contratos está muy especificado que no podemos hablar de cuestiones sensibles para ellos, como por ejemplo la reli

Xi Jinping se alojó en el hotel Valparaíso palmesano.

No sé si el hotel conserva la bicefalia de un director mallorquín y otro chino, el cual nos quiso enseñar la habitación donde se alojó Xi Jinping en 2010, cuando todavía no era presidente.

¿Ha probado a enseñarles el catalán?

Les explico que mi tierra natal es la isla de Mallorca, donde vive Rafa Nadal, que aquí es muy conocido. Reivindico ante mis alumnos un idioma común de siete millones de hablantes del catalán. Ayudan mucho la Sagrada Familia y Gaudí, que ganan por goleada en China.

¿Tiene billete de vuelta?

Sí, ahora mismo me estoy formando en permacultura. Tenemos una casita en la part forana y quiero ser un poco autosuficiente, porque lo que viene es heavy.

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