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Avalancha de reclamaciones por negligencias médicas en 2021

El Consultiu ha analizado unas 40 demandas por presunta mala praxis en los últimos ocho meses

Son Llàtzer, con unas ocho reclamaciones, es el hospital de las islas más demandado. DM

El pasado año se detectó una avalancha de reclamaciones de responsabilidad patrimonial por presuntas negligencias médicas ante el IB-Salut. Estas reclamaciones deben ser objeto de un dictamen del Consell Consultiu para saber si la administración debe aceptarlas o desestimarlas. En los últimos ocho meses de 2021 se contabilizan unos 40 dictámenes del alto órgano jurídico analizando las reclamaciones por presunta mala praxis sanitaria de los servicios públicos de salud.

En la mayoría de los casos el Consell Consultiu desestima estas reclamaciones y es el paso previo para que el IB-Salut también lo haga y el reclamante tiene la posibilidad de acudir a los tribunales de Justicia.

Curiosamente, Son Llàtzer, con unas ocho reclamaciones, es el hospital de las islas más demandado, seguido de Son Espases y el resto repartidas por los demás centros sanitarios de Baleares.

Algunas de las reclamaciones son los familiares de pacientes fallecidos que presentan la reclamación. Uno de estos casos, donde solicitan 184.000 euros de indemnización, ocurrió en Menorca. Un joven sufrió un accidente de ciclomotor, tardaron unas horas en llevarlo al hospital y cuando llegaron al Mateu Orfila de Maó resultó que el TAC no funcionaba. Al poco tiempo el joven falleció.

En Son Llàtzer se practicó una operación a una mujer mayor que acabó con perforación de intestinos y su posterior fallecimiento. Sus familiares reclamaban 150.000 euros de indemnización por negligencia. En los dos casos el Consultiu resuelve a favor de la administración y no aprecia negligencia.

Otro de los casos es el de una mujer que su hijo nació con una importante malformación. Reclama 250.000 euros al IB-Salut, ya que considera que durante sus controles de embarazo realizados en Son Espases no se le detectó esta malformación, cuando todavía estaba a tiempo de poder abortar.

Asimismo, una mujer joven reclama 100.000 euros a Ginecología de Son Llàtzer, ya que en este hospital se le implantó un dispositivo anticonceptivo conocido como Usser y desde su colocación sufrió numerosos y molestos efectos secundarios hasta que se lo extirparon en Son Espases. Tampoco el Consultiu aprecia culpabilidad en el IB-Salut en ninguno de estos dos casos.

Otro ejemplo es el de un hombre que acudió a son Espases por un esguince de rodilla, considera que no fue bien atendido y terminó con una incapacidad laboral.

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