El tiempo político es complejo y, sobre todo, se vislumbra en los detalles. El socialista portugués António Costa consiguió este domingo la mayoría absoluta que le permitirá gobernar con total libertad después de no poder aprobar los presupuestos para este año tras la negativa de sus socios.
Una de las felicitaciones más tempranas fue la de la presidenta del Govern, Francina Armengol, que afirmó: «Ganan el progreso, las buenas intenciones y la justicia social, ganan el diálogo, la estabilidad y la esperanza».
Uno de los matices más importantes de la victoria de Costa es que obtuvo su mejor resultado electoral cuando las encuestas pronosticaban su fin como líder del país. No solo eso, sino que ahora podrá decidir sin necesidad de acudir a sus socios, que obtuvieron peores resultados que en las anteriores elecciones. Todo esto después de que le tumbaran los presupuestos.
Costa y Armengol fueron elegidos en 2015 para liderar los proyectos políticos de Portugal y Balears. Aunque el reto ha sido diferente, el mensaje de la presidenta balear deja entrever algunos detalles de su estrategia para volver a estar al frente del Govern en 2023. La divergencia principal: Costa gobernará en solitario y Armengol necesitara, casi seguro, a sus socios de Més y Podemos.
Los analistas y expertos, tanto portugueses como internacionales, hablan de un signo a tener en cuenta en estos tiempos: la necesidad ciudadana de encontrar estabilidad. Portugal e Italia (que renovó a Sergio Matarella como presidente de la República) ya han apuntado hacia este sentido, y las últimas estrategias de Armengol parecen seguir el mismo camino. Los pocos sondeos que se publican sobre Balears pronostican una subida importante de PP y Vox, aunque vista la experiencia de Portugal, las predicciones pueden ser traicioneras. Los movimientos de Marga Prohens serán, por tanto, determinantes.
Pese al desgaste obvio que ha sufrido el actual Ejecutivo autonómico al tener que gestionar una pandemia, la llegada de fondos europeos y las buenas estimaciones de crecimiento económico permiten a la socialista afrontar este 2022 con el objetivo de convencer a los votantes de que es ella quien encarna la estabilidad.
Las diferencias con Portugal pueden ser amplias y diversas, pero el modelo de Costa ha dado sus frutos. Un modelo que ya intenta emular Pedro Sánchez y que puede ser decisivo en elecciones de 2023.
