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ANÁLISIS

La covid mata a más mayores de noventa años que menores de setenta en la comunidad

Los 201 fallecidos entre cero y 69 años, donde se acumula la mayoría abrumadora de la población, contrastan con los 231 nonagenarios fallecidos desde marzo de 2020 a causa de la pandemia

Ciudadanos paseando en la calle Oms de Palma. B. Ramon

La edad es el principal factor de riesgo del coronavirus, hasta el punto de anular prácticamente a todos los demás. La preponderancia del año de nacimiento del paciente, a la hora de pronosticar la evolución de la enfermedad, se aprecia con nitidez en Baleares. El informe del Servicio de Epidemiología del Govern correspondiente al pasado viernes distribuye a los 1.109 fallecimientos registrados de la covid por segmentos de edad. Se observa que la pandemia mata a más mayores de noventa años que menores de setenta en la comunidad.

En concreto, las defunciones correspondientes a personas entre cero y 69 años de edad son 201. En cambio, los nonagenarios que han fallecido a causa de la pandemia desde marzo de 2020 ascienden a 231. El peso absoluto de la edad, a la hora de determinar la mortalidad causada por la covid, incrementa su importancia al tomar en consideración la diferencia de población total entre las dos franjas comparadas.

En el segmento de los menores de setenta años se acumula el ochenta por ciento de la población de Baleares, más de un millón de personas con dos centenares de fallecidos. En cambio, por encima de noventa está censadas unas 8.500 personas. Dado el número de víctimas mortales en el sector más provecto, más de uno de cada cuarenta nonagenarios ha muerto oficialmente a casual de la pandemia, siempre con la polémica abierta entre morir por covid y morir con covid.

El 2,8 por ciento de los mayores de 90 años han muerto de covid, una cifra notable incluso considerando los índices de mortalidad a dicha edad. Por contra, uno de cada cinco mil menores de setenta años ha sufrido un fatal desenlace, una proporción que obliga a esforzarse para eliminar el «solo» tremendamente irrespetuoso hacia las víctimas. Aunque la factura de la pandemia sobrellevada en casa es elevada, por no hablar de la hospitalización o de los enfermos críticos, el 0,02 por ciento de cero a sesenta y nueve años han padecido una enfermedad de tal gravedad que desembocó en un fallecimiento. Esta cuota fatal se halla muy por debajo de la mortalidad debida a otras causas.

Fallecidos por mes y grupo de edad en Baleares Fuente: Govern de les Illes Balears. Conselleria de Salut i Consum. / DDM

La probabilidad de que un menor de setenta años fallezca de covid en Baleares es 140 veces menor a que muera un mayor de noventa años por la misma causa. Con la particularidad de que los dos tramos se han elegido arbitrariamente, por lo que el más amplio incluye niños, adolescentes, jóvenes y personas que antaño engrosaban la tercera edad.

Al considerar segmentos más jóvenes se observa que, desde el punto de vista de la mortalidad y pese a los mensajes catastrofistas, los ancianos han sufrido una pandemia mortal que ha dejado prácticamente indemnes a los jóvenes. Del millar largo de fallecidos hasta la fecha, hasta 922 son mayores de setenta años de edad. Equivalen a un 83 por ciento del total y se producen cuando las sucesivas oleadas apuntan a personas de todas las edades entre los contagiados.

Hasta la semana pasada había muerto en Baleares una persona menor de veinte años por covid. Los veinteañeros fatalmente afectados por el coronavirus ascendían a tres a lo largo de los dos años de la pandemia. La inclusión de los cinco treintañeros fallecidos elevaba el total a nueve personas por debajo de cuarenta años. Los grupos por encima de setenta presentan balances más dolorosos. De no haber mediado la afectación de los ancianos, la pandemia hubiera pasado desapercibida entre los menores de cuarenta años.

El riesgo de que un menor de cuarenta años fallezca de coronavirus en Baleares es miles de veces inferior a la probabilidad que acecha a los mayores de setenta años. Desde un prisma social, las personas de mayor edad han de agradecer el cumplimiento de las restricciones por parte de personas afectadas en grado mucho más leve, lo cual no ha evitado que se les cargara con la responsabilidad de la difusión de la pandemia. En el extremo opuesto, los cadáveres siguen interpelando al sistema de residencias de ancianos, pese a que las proporciones de auténtica carnicería no han inmutado a la justicia.

Dos años después, enero de 2021 continúa siendo el mes de mayor mortandad asociada a la covid, por encima de 160 defunciones. El enero a punto de acabar habrá sido el más duro desde el pasado agosto. A escala mundial, se calcula que el coronavirus provoca un uno por ciento de fallecimientos, frente al 0,1 por ciento para la gripe.

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