La guerra entre Rusia y Ucrania ha estallado esta madrugada. Poco antes de las seis de la mañana en Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha aparecido en televisión para anunciar el inicio de una “operación militar especial” en el este ucraniano. [Siga aquí las últimas noticias en directo sobre la crisis en Ucrania]

El estallido de la guerra en el continente con la incipiente recuperación económica en plena pandemia, ha sembrado de incertidumbre los mercados, que han abierto con importantes pérdidas. Solo el IBEX 35 iniciaba la sesión de este jueves con una caída del 4,3%.  [Siga aquí las últimas noticias en directo sobre la crisis en Ucrania]

En España preocupa principalmente el aumento del precio de gas y la dependencia energética. Aunque tiene un suministro de gas muy diversificado, con once países como proveedores tanto por gasoducto como por barco, la incertidumbre aparece en torno al petróleo, ya que  casi el 5% que importa procede de Rusia.  Esto encarecerá aún más su precio, después de meses encadenando máximos en los precios energéticos.

¿Qué efectos puede tener la guerra en Mallorca?

En clave local, Mallorca mantiene una relación comercial mínima con Rusia y Ucrania, aunque como matiza el presidente de la Cámara de Comercio, Antoni Mercant, «todo suma» y se teme que el conflicto derive en mayor tensión energética y una escalada de precios del gas natural, crucial «en la etapa de transición a los combustibles no fósiles», cuando lo que se anhela es «la vuelta a la normalidad precovid en la distribución de mercancías».

El trasiego comercial entre la isla y Rusia y Ucrania es de baja intensidad, señalan desde la Cámara de Comercio de Mallorca. Sin embargo, en aquellas latitudes se aprecia también la calidad del calzado balear, una de las principales exportaciones. Además de bebidas alcohólicas o equipamientos industriales o de baños.

Entre las empresas exportadoras a los dos países protagonistas de la escalada bélica figuran las firmas menorquinas de calzado Jaime Mascaró, Santiago Pons Quintana o la mallorquina Bestard.

Antonio Nadal Destilerías o Casa Buades, con sus aparatos sanitarios o de grifería, también comercian con Rusia y Ucrania, y la menorquina Metalurgia Pons Sintes i Petrus.

En 20 21, con datos hasta octubre, el valor de las exportaciones de Mallorca a Rusia rondó los 371.000 euros, según el registro de Aduanas de la Cámara de Comercio de España. En el ejercicio de 2020 superaron los 806.000 euros y antes de la crisis de la covid, en 2019, supusieron cerca de 750.00 euros.

En el capítulo de importaciones las cifras son aún menos relevantes. Desde Rusia llegaron mercancías relacionadas con la industria de los barcos, artículos textiles o material eléctrico por valor de 123.000 euros hasta octubre del año pasado. Durante 2020 el flujo comercial fue similar y en 2019 se acercó al medio millar de euros.

Las exportaciones a Ucrania ascendieron a unos 164.000 euros, en los diez primeros del año pasado. En 2020 y 2019 su valor fue similar, 275.500 euros y 250.000, respectivamente.

Y en 2021, hasta octubre, la importación de productos desde Ucrania supuso 255.000 euros, en materia naviera, plásticos o caucho. En el ejercicio anterior se alcanzaron 274.000 euros y el año antes de la pandemia rozaron 250.000 euros.

«En la práctica, la presencia de intereses comerciales de las empresas de Balears es pequeña», apunta Carmen Planas. La líder de la patronal advierte de la incertidumbre que generan los conflictos internacionales, «el peor enemigo» para las empresas por su impacto en la confianza y las inversiones.

Próxima colección en marcha

Desde hace dos décadas Calzados Bestard vende sus botas y zapatillas de montaña en Rusia y poco después empezó el comercio con Ucrania. No son mercados relevantes para la firma de Lloseta que exporta a más de 30 países, representan alrededor de un 3 %. Su director comercial, Mats Lindholm, recuerda el impacto de la invasión rusa de la península de Crimea, en el sur de Ucrania, en 2014, cuando tuvieron una bajada de ventas.

En el mercado ruso cada vez hay más trabas burocráticas y «proteccionismo», señalan desde Bestard

Lindholm explica que preparan dos pedidos anuales. Ahora trabajan en el de la colección primavera-verano. Quiere ser «optimista» y que no estalle una guerra. Bastante difícil es ya lidiar con el mercado ruso, «muy complicado porque cada vez hay más proteccionismo». Las trabas burocráticas son «tremendas» en un país que «está intentado que se compre menos en el extranjero». Por contra, Ucrania «se quiere abrir más a Europa» y facilita el comercio, observa.

Desde Antonio Nadal Destilerías su gerente, Biel Àngel Morey, destaca que exportan productos que adaptan a los dos países, y a Bielorrusia, además sus populares licores, como las hierbas Túnel. También la guerra de Crimea interrumpió sus exportaciones, pero para 2022 Ucrania podría llegar a ser «su tercer o cuarto mercado» internacional y el ruso «ahora lo hemos recuperado». «Estamos preparando un pedido con Ucrania»,. Allí cuentan con tres distribuidores. «No estamos preocupados, la vida sigue», dice Morey.