Las desigualdades sociales son un reto a encarar de forma transversal desde la administración, la ciudadanía y el sector privado empresarial. Ésta es una de las principales conclusiones a las que llegaron la expertas reunidas ayer en CaixaForum para abordar un problema tan complejo como las desigualdades sociales en Balears. Fina Santiago, consellera de Asuntos Sociales, Juana Lozano, coordinadora autonómica de Cruz Roja, Joana Maria Mestre, representante del Observatori Social de les Illes Balears de la UIB y Margalida Cortès, trabajadora social de Càritas y representante del Col·legi Oficial Treball Social Illes Balears, participaron en esta mesa redonda para aportar su visión, experiencias y propuestas para afrontar una situación que se ha visto agravada por la pandemia. María Jesús Riera, coordinadora del Club Diario de Mallorca fue la encargada de moderar el debate.

Sergi Loughney Castells, director de relaciones institucionales del Grup Fundació La Caixa; fue el encargado de abrir el acto que forma parte de un ciclo organizado de manera conjunta por CaixaForum y Club Diario de Mallorca. Loughney recordó que la desigualdad en el primer mundo lejos de encaminarse a su fin crece cada vez más, un problema que se ve agravado por que «la gente no tiene esperanza y nos tenemos que esforzar para generarla por que si no, tendremos una sociedad entristecida». Tras la bienvenida de Loughney subió al estrado Marisa Goñi, directora de Diario de Mallorca. Goñi valoró la importancia de escuchar a los profesionales que están en el terreno para saber «dónde estamos y a donde podemos llegar». La periodista lamentó que «no somos capaces de distribuir la riqueza» y recordó la importancia, no solo de la sostenibilidad ambiental, sino también de la sostenibilidad social. «Estamos en un momento en que tenemos que colaborar, el talento público y el privado, para encontrar caminos de futuro» concluyó.

Se necesita abordar la brecha digital, la soledad de los mayores y el reparto del trabajo

La especial vulnerabilidad de la mujer y de las personas migradas. La soledad de los mayores, la brecha digital, el difícil acceso a la vivienda y la precariedad laboral, se hayan entre la lista de causas y consecuencias de la desigualdad en el archipiélago; una situación que afecta no solo a individuos sino también a comunidades. Y es que como bien coincidieron en señalar las ponentes, Balears se haya en situación de desigualdad con respecto a otras comunidades españolas puesto que los sueldos y pensiones son más bajos, pero el precio de la vivienda y de otros bienes y servicios son mucho más caros.

Juana Lozano coincidió en señalar que «algo está pasando» cuando el aumento de la riqueza no va acompañado de la disminución de la pobreza. Lozano llamó la atención sobre el hecho de que una cuarta parte de la población de Balears está en riesgo de ser pobre y que 84.000 personas se hayan en estado de privación material severa. 

La coordinadora autonómica de Cruz Roja se detuvo a comentar que las crisis, tanto la de 2008 como la de 2020, hacen aflorar nuevas situaciones de desigualdad mientras que otras persisten y se enquistan: «Lo peor que puede pasar es la cronificación y por ello debemos buscar respuestas creativas». En este sentido recordó que Balears «ya llevaba un kit completo de desigualdad antes de las crisis» La dificultad en el acceso a los recursos sociales, la desigualdad de género, la brecha digital, el precio de la vivienda y la situación del mercado laboral «que está sacando fuera a los trabajadores de más baja cualificación» fueron algunos de los problemas que identificó la representante de Cruz Roja.

Lo peor que puede pasar es la cronificación y por ello debemos buscar respuestas creativas

JUANA LOZANO - COORDINADORA AUTONÓMICA DE CRUZ ROJA

Margalida Cortès inició su intervención recordando el agotamiento de los trabajadores del mundo social en la crisis desatada por el coronavirus y se lamentó de la falta de reconocimiento a esta labor cuando «hemos sido la base potente para garantizar la igualdad social» en un contexto en que han tenido que dominar herramientas y estrategias nuevas para seguir realizando su tarea de acompañamiento. Los bajos ingresos con los que no se puede hacer frente al pago de un alquiler, la precariedad laboral acompañada en ocasiones de explotación e irregularidades, fueron algunos de los hechos sobre los que quiso llamar la atención Cortès quien recordó que todas estas problemáticas se ven agudizadas por cuestiones de género:«Las mujeres siempre lo tienen peor. Muchas veces no encuentran vivienda porque tienen hijos».

Los trabajadores sociales hemos sido la base potente para garantizar la igualdad social

MARGALIDA CORTÈS - TRABAJADORA SOCIAL EN CÁRTITAS

La diferencia entre la crisis de 2008 y la de 2020 ha sido, para Margalida Mestre, que la primera se tradujo en un desmantelamiento del estado de bienestar y en la protección de la banca. En cambio, durante y después de la pandemia se optó «por proteger a la ciudadanía aunque las ayudas no ha llegado a todo el mundo». Mestre señaló que la estructura económica y laboral de Balears contribuye a la creación de desigualdad y coincidió en que la pobreza tiene rostro de mujer. Son las mujeres las que más sufren las consecuencias de la estacionalidad y del trabajo a tiempo parcial. «Necesitamos reforzar todos los sistemas de protección social como la educación y la sanidad, para que no recaigan en los servicios sociales», reclamó la representante del Observatori Social de les Illes Balears de la UIB. 

Necesitamos reforzar todos los sistemas de protección social como la educación y la sanidad»

JOANA MARIA MESTRE - OBSERVATORI SOCIAL ILLES BALEARS

Fina Santiago remarcó que resolver la desigualdad no es una cuestión de Servicios Sociales sino un compromiso de todo el Govern. Asumiendo que Balears forma parte del mundo global, Santiago abundó en que es responsabilidad de todos «generar sociedades cohesionadas, con pocos desequilibrios internos». Santiago recordó la importancia de mantener los servicios públicos, algo que se ha demostrado durante la pandemia. Señaló además otros retos como el acceso a la vivienda y el reparto del trabajo, recordando que se deberá comenzar a pensar en políticas de rentas. La alfabetización digital y el envejecimiento de la población, son para la consellera otras de las cuestiones a tener en cuenta. «Ya no podemos hablar solo de desigualdades sociales individuales sino también territoriales. Se han de incorporar medidas para paliar la descompensación territoral», dijo Santiago en referencia a la situación de Balears con respecto a otras comunidades, con sueldos más bajos y el precio de la vivienda y de la cesta de la compra disparados. 

Ya no podemos hablar solo de desigualdades sociales individuales sino también territoriales

FINA SANTIAGO - CONSELLERA DE ASUNTOS SOCIALES

Un problema global

Tanto Santiago como el resto de expertas convocadas quisieron aclarar que la lucha contra la desigualdad no se puede librar tan solo desde los servicios sociales. «La pobreza se ha de afrontar desde la economía», subrayó la consellera. Un enfoque global que es fundamental como señaló Lozano: «Tenemos que ser capaces de crear sinergias y cooperar entre ciudadanos y administración para crear un modelo más sostenible». La necesidad de garantizar los derechos sociales, señalada por Cortès, o la importancia de una ley estatal de servicios sociales para que sean homogéneos en todas las comunidades, como apuntó Mestre fueron propuestas que se sumaron a la formulada por Santiago: «Conseguir la cohesión social redistribuyendo la riqueza, porque tenemos mucha».