«Lo que está sucediendo con la Dirección General de Consumo nos hace sentirnos indefensos porque nosotros lo hemos hecho todo bien», afirma el consejero delegado de Seyma Importació que comercializa la marca Abbacino, Sebastià Vadell.
Este empresario señala que el departamento autonómico solo alega haber encontrado fallos en dos de los más de 150 modelos de mascarillas de esta marca, pero además insiste en que cuenta con seis análisis realizados en laboratorios españoles, a los que ha sumado otros tres más tras el expediente abierto por Consumo, estos últimos encargados ante notario al mismo modelo que se cuestiona por el Govern, según asegura.
El resultado de todas estas pruebas es que el nivel de protección que ofrecen sus mascarillas higiénicas supera el 90%, salvo en una, aunque en este único caso ese nivel se colocó en torno a un 84%. Vadell señala que una discrepancia de cuatro o cinco puntos se puede dar con facilidad, pero pone de relieve que ésta es de más de 40 puntos con el análisis realizado por la Conselleria, lo que en su opinión refleja que es en esta última, realizada por un laboratorio de la India, aunque homologado, en la que se da el error.
El responsable de Seyma señala que han retirado del mercado los dos modelos cuestionados y que se están planteando incluso rebajar la categoría de sus mascarillas de ‘higiénica’ a ‘cobertor facial’, como han hecho otras marcas. Pero lamenta el daño que se está haciendo al prestigio de su firma, que emplea a un centenar de trabajadores.
