El sindicato de enfermería de Balears denuncia el progresivo deterioro de la sanidad penitenciaria y demanda su traspaso al Ib-Salut. Los profesionales de esta ámbito se enfrentan diariamente a graves problemas que repercuten en sus condiciones laborales y en la calidad asistencial. “Creemos que estamos un poco abandonados, sobre todo en recursos materiales y recursos humanos”, lamenta David Guerrero, enfermero de la prisión de Mallorca.

Entre las principales problemáticas destacan la falta de personal, que hace que de un equipo que debería contar con 13 enfermeras ahora mismo sean ocho, aunque ha habido momentos puntuales donde han sido solo tres.

A ello se suma que son profesionales sanitarios que trabajan en un entorno laboral con unas condiciones muy especiales que incluyen la peligrosidad y la penosidad, ya que atienden a pacientes con problemas derivados del consumo de drogas, de salud mental y pacientes con enfermedades infecciosas. Aunque por todo esto no cobran ningún plus, al contrario que otros funcionarios de prisiones. Además, de tampoco tener acceso a la carrera profesional.

Esta situación, podría cambiar si finalmente se trasfiriesen las competencias al servicio de salud balear, así como lo dicta la ley 16/2003 de 28 de mayo de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud. Esta disposición daba 18 meses para realizar la transferencia y sin embargo 18 años después aún no se han transferido. Las únicas comunidades autónomas que sí lo han hecho han sido Navarra, País Vasco y Cataluña.

Posteriormente, en el año 2019 el Govern Balear y la Coordinadora de Sanidad Penitenciaria acordaron la plena integración de la sanidad penitenciaria en el Servei de Salut de Balears, un acuerdo que cayó en saco roto. “Siempre hemos tenido problemas con la dotación de material y de personal, además de la formación continuada”, denuncia Chema Domínguez, supervisor de enfermería del centro. La realidad es que el personal sanitario del centro tiene que lidiar con una administración que se ha quedado anticuada usando procedimientos casi obsoletos.

Satse Baleares vuelve a pedir que se cumpla la ley y que sea el IB-Salut quien gestione, de una vez por todas, la sanidad penitenciaria, por el bien de los enfermeros y enfermeras y de todos los internos.