El mallorquín Antoni Vadell, obispo auxiliar de Barcelona, recibe desde ayer asistencia médica domiciliaria ante la mejora clínica experimentada en los últimos días. El Obispado de Barcelona emitió un comunicado en el que informaba de la nueva situación de Vadell y confirmaba que estará en su casa acompañado de su familia, donde recibirá la ayuda asistencial necesaria para seguir con su tratamiento médico.

A causa de la situación actual de la pandemia, el Obispado ha decidido posponer las visitar «por prescripción médica y para evitar riesgos de contagio».

La sorpresa llegó al conocerse que el papa Francisco llamó personalmente a la madre de Vadell, Antonia Ferrer, para interesarse sobre su estado de salud y desearle una pronta recuperación. En aquella conversación, el Pontífice dejó claro que «podéis estar orgullosos de vuestro hijo». Ferrer, que reside en Llucmajor, agradeció el gesto de Francisco y le pidió que «rece por mi hijo». La contestación del Papa fue directa: «Todos rezamos por él». La madre de Vadell aseguró que había sido «el mejor regalo de Reyes posible». Además, también se interesó por el hermano del obispo, Juan Vadell, al que telefoneó directamente mientras estaba con Antoni en Cataluña.

El Obispado de Barcelona aprovechó la noticia para trasladar su «agradecimiento» al mallorquín, tanto del cardenal Omella como de los obispos auxiliares de Barcelona Sergi Gordo y Javier Vilanova, por las oraciones por la recuperación del prelado y las muestras de afecto recibidas en las últimas semanas. Además, agradecen el trato recibido por los médicos y de enfermería.

Antoni Vadell Ferrer ha desarrollado su ministerio sacerdotal en la diócesis de Mallorca. Ha combinado la labor parroquial con la pastoral catequética y educativa. El 19 de junio de 2017 se hizo público su nombramiento como obispo auxiliar de Barcelona. Recibió la ordenación episcopal el 9 de setiembre de 2017 en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. Es también Vicario General de la diócesis.