Las empresas de Mallorca se están enfrentando a la cifra de bajas por enfermedad de sus trabajadores «más alta de la historia», según se pone de relieve desde las patronales CAEB y PIMEM, desde las que se lamenta que muchos negocios se estén viendo obligados a cerrar temporalmente o a reducir su horario de atención al público a causa de la debilidad de sus plantillas que la sexta ola de la covid ha provocado.
Tanto el gerente de la primera de estas organizaciones empresariales como el presidente de la segunda, Sergio Beltrán y Jordi Mora respectivamente, ponen de relieve que el tejido empresarial de la isla se está enfrentando a una situación sin precedentes, que esta obligando a muchos negocios a adoptar medidas como cerrar el establecimiento hasta marzo, que ha sido adoptada en locales como los de la restauración; a reducir su horario de atención al público, como en algunos comercios, o a rebajar su producción, opción que se está aplicando en la industria.
Mora añade que la cifra de contagios impulsada por la variante ómicron está golpeando de una forma especialmente acentuada en las microempresas, que disponen de uno a diez trabajadores, ya que en el caso de que se produzcan dos o tres bajas al mismo tiempo, la actividad del negocio se convierte en inviable.
Eso hace que el impacto económico se multiplique, ya que el golpe que se recibe no es solo el coste que supone complementar el salario del trabajador enfermo, previsto en algunos convenios, sino especialmente el dinero que se deja de ganar al tener que reducir la producción o el tiempo de atención al cliente, según se pone de relieve.
Pero el problema del enorme volumen de contagios generado por la citada variante de la covid se agrava debido a las fechas en las que esta sexta ola se ha producido, al coincidir con una campaña navideña que, para muchos empresarios, marca una de las puntas de actividad más importantes del año, como puede ser el caso del comercio o el de la restauración.
Las dificultades para este último sector se han visto agravadas ante la exigencia de contar con pasaporte covid para acceder al interior de estos establecimientos, aunque desde CAEB y PIMEM se ha defendido esta última medida como preferible a la aplicación de otras restricciones como las reducciones de horarios o de aforos.
En este sentido, se señala que si esta situación se hubiera registrado durante el mes de febrero, uno de los de menor actividad económica en la isla, los perjuicios generados hubieran sido muy inferiores.
Desde ambas patronales se recuerda que esta misma situación se está registrando en las Administraciones públicas, con el correspondiente colapso a la hora de llevar a cabo cualquier tramitación, algo que se acentúa al coincidir las bajas laborales con uno de los periodos con un mayor número de trabajadores públicos de vacaciones.
Hay que recordar que este problema ha sido abordado por el Gobierno central y las comunidades autónomas, con el resultado de que el periodo de baja en los casos de covid asintomáticos o de carácter leve se ha rebajado de los diez a los siete días, ante la evidencia de que la actividad en muchas empresas se estaba viendo condicionada por el elevado volumen de trabajadores afectados por los confinamientos.
También se han venido apuntando algunos casos de fraude, al hacer constar como contactos estrechos a personas que en realidad no lo habían sido para que éstas puedan disponer de esos días libres sin acudir a su puesto de trabajo.
