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Explotación laboral

Denuncian en Palma condiciones de esclavitud en pesqueros italianos

Dos indonesios relatan ante la Policía de Palma jornadas de 20 horas por 500 euros al mes

Barcos de pesca en Palma, en una imagen de archivo. | FIRMA FOTÓGRAFO

Dos ciudadanos indonesios han denunciado ante la Policía Nacional de Palma las condiciones de esclavitud que sufren en barcos de pesca italianos, con jornadas de trabajo de 20 horas diarias los siete días de la semana, sin comunicación con sus familias y trato denigrante, con constantes insultos, y con sus pasaportes retenidos por el capitán, todo por un salario de 500 euros al mes.

Los dos indonesios se presentaron el pasado día 9 en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Palma para poner una denuncia por la explotación laboral que venían sufriendo a bordo de dos barcos de pesca de bandera italiana que faenan en aguas de Balears, al parecer pertenecientes a la misma compañía.

Los dos marineros solo hablan indonesio, por lo que tuvieron que prestar declaración con ayuda de una intérprete de esta lengua, que intervino por teléfono.

En ambos casos el relato era idéntico, y solo variaba el barco en el que trabajaban. Uno era el Salvatore Russo y el otro el Victoria Prima, ambos de bandera italiana y dedicados a la pesca del pez espada en el Mediterráneo.

Según explicaba uno de los marineros, había sido contratado hacía casi un año en Indonesia para trabajar a bordo del Salvatore Russo, de bandera italiana, para pescar pez espada en aguas españolas. Le dijeron que trabajaría ocho horas al día los siete días de la semana mientras estuvieran faenando, por un salario de 1.200 euros.

Este hombre viajó de Indonesia a Italia, donde embarcó en el Salvatore Russo. Pero las condiciones desde el primer día cambiaron. Tenía que hacer jornadas de trabajo de veinte horas. Los turnos para comer eran de quince minutos y solo dormían tres horas al día. Explicó que cenaban cuando terminaban de faenar, a la una de la madrugada, y volvían al trabajo a las cuatro.

Respecto al salario, de los 1.200 euros que habían acordado en el contrato, solo cobraba 500.

El capitán tenía retenido su pasaporte y apenas le dejaba desembarcar a los puertos que arribaban. Tampoco podía tener comunicación con su familia. Refirió también constantes insultos del capitán, como «bastardo», «imbécil» o «cornudo».

A finales de noviembre decidió escapar y le pidió su pasaporte al capitán con la excusa de que tenía que enviar dinero a su familia y necesitaba el documento. Contactó entonces con un compañero de otro barco, el Victoria Prima, que estaba en la misma situación que él. Ambos huyeron aprovechando la escala en Palma.

Este segundo ciudadano indonesio hizo un relato muy similar al primero. Dijo que llevaba siete meses trabajando en el Victoria Prima. En el contrato había acordado jornadas de ocho horas diarias los siete días de la semana por 500 euros, pero se vio obligado a trabajar también jornadas de 20 horas. Los horarios que explicó eran iguales que el de su compañero, con descansos de 15 minutos para comer y de tres horas para dormir.

Respecto al salario, añadió que desde septiembre no había cobrado nada, y que le descontaban el tabaco que consumía, a razón de quince euros por cajetilla. Tenía prohibido abandonar el barco cuando llegaban a puerto. El capitán le había quitado el pasaporte, pero lo recuperó un día que limpiaba su camarote.

Los dos marineros explicaron que en los dos barcos pesqueros trabajaban otros indonesios que sufrían las mismas condiciones, mientras que la situación de otros marineros italianos o tunecinos eran mejores.

La Policía Nacional ha abierto una investigación por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores.

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