La Sociedad de Pediatría Balear (SOPEBA) y la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de las Illes Balears (APAPIB) han publicado un comunicado conjunto en el que, con la información disponible en estos momentos, recomiendan la vacunación contra la covid-19 de la población infantil con edades comprendidas entre los 5 y los 11 años que comenzará el próximo miércoles en sus tramos de edad más altos. En el texto difundido hoy se concluye que el proceso de inmunización será beneficioso tanto para su propio estado de salud como para evitar que se produzca una mayor propagación vírica.

En el comunicado ambas sociedades recuerdan que la covid-19 es una "enfermedad en general leve en la infancia, pero que también provoca casos graves, ingresos en la UCI y fallecimientos", alertan. Revelan asimismo que la mayoría de ingresos pediátricos en la UCI por covid-19 obedecen al denominado Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (SIMP) que se da fundamentalmente en niños sanos en la franja de edad que se va a comenzar a vacunar (entre 5 y 12 años). En Balears, revela el texto, han requerido ingreso hospitalario un total de 197 niños en lo que va de pandemia y que 14 de ellos acabaron en unidades de críticos.

Otro argumento a favor de la vacunación es que los últimos datos del ministerio de Sanidad respecto a la situación a la incidencia acumulada en ese tramo de edad (menores de 12 años) como la más elevada de todos los grupos de edad con 547,22 casos por cada cien mil habitantes a 14 días. Triplica la incidencia registrada entre los 12 y los 19 años cuando, recuerdan los pediatras, la situación era a la inversa cuando aún no había comenzado la vacunación de los adolescentes. "Como parece lógico, dada la eficacia probada de las vacunas, la infección, y especialmente los casos más graves, se han desplazado hacia la población no vacunada", concluyen.

Tras defender la eficacia y la seguridad de la vacuna que se va a dosificar a los niños, los pediatras estiman que los efectos de la vacunación reportarán efectos benéficos para la población infantil, tanto directos como indirectos.

Los directos, disminuyendo los casos de infección y de enfermedad grave así como los efectos a largo plazo de covid persistente. Entre los indirectos señalan que la vacunación permitirá normalizar su vida social y familiar, escolar, de juego, deporte e interacción social. "En definitiva, reducir las medidas de restricción social que sabemos que han tenido y tienen un impacto importante (en la salud mental) de niños y adolescentes", apuntan.

Asimismo, la vacunación infantil permitirá alcanzar "una inmunidad de grupo más eficaz" y frenar la aparición de nuevas variantes más contagiosas o más inmunes a los efectos de las vacunas.

Por todo lo expuesto y sin ignorar riesgos detectados en las vacunas RNAm aprobadas para los niños entre los que citan miocarditis o pericarditis aunque con una escasa incidencia de un caso por cada 10.000 habitantes, los pediatras concluyen que "somos conscientes y entendemos que algunos profesionales, familias o parte de la sociedad esté preocupada o pueda tener dudas a la hora de vacunar a los niños, pero creemos que los efectos directos e indirectos, inmediatos y a largo plazo de la vacunación con toda la información disponible hasta el momento, aportan un balance beneficioso tanto para los niños como para toda la sociedad".