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Discapacidad en Mallorca, sin ayudas para las terapias: "He tenido que dejar a mi hija sin tratamientos"

Un total de 41 familias no cobran las subvenciones de los tratamientos para la discapacidad que les concedió el IMAS para el periodo 2019-2020, algunas de ellas tampoco han recibido aún las de 2018

Madres con hijos con discapacidad: sin ayudas para las terapias en el año de la pandemia

Madres con hijos con discapacidad: sin ayudas para las terapias en el año de la pandemia G. Bosch / B. Arzayus

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Madres con hijos con discapacidad: sin ayudas para las terapias en el año de la pandemia M. Elena Vallés

Chelo Ferre va cada día con una sonrisa a la parada de la calle dels Teixidors en Inca a buscar a sus mellizas, Teresa y Sofía (de 17 años), que regresan en autobús del colegio de la Fundación Aspace. Las jóvenes, con parálisis cerebral, acceden con sus sillas de ruedas al interior de una furgoneta adaptada que conduce la madre hasta su casa. El día a día es duro, «pero ellas son una alegría, me lo dan todo», confiesa Chelo, una luchadora que está teniendo problemas con las ayudas que ofrece el Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) a las personas con discapacidad. Pese a cumplir con los requisitos, este año 41 familias se han quedado sin cobrar la subvención que concede este ente público para sufragar parte de los gastos en terapias y apoyos técnicos que precisan en su día a día para hacer frente a su diversidad funcional.

La última convocatoria de subvenciones que publicó la institución para este concepto comprendía dos años, el periodo 2019-2020. «Tenías que presentar la solicitud e informar del importe que solicitabas. Nos dijeron que luego nos irían llamando para pedirnos la documentación justificativa. Me llamaron para presentar la de Sofía y me fui con las facturas de mis dos hijas», relata Chelo. «Allí no quisieron cogerme los papeles de Teresa, y eso que tiene la misma situación familiar y económica que su hermana, y me dijeron que me llamarían cuando le tocara», narra. Pero nunca nadie llamó. «Me extrañó mucho y me olía que algo pasaba. Me puse en contacto con alguien de Aspace que me ayudó y que pudo contactar con el IMAS. Porque yo no tenía manera de saber qué estaba pasando pese a haber llamado e ido allí muchas veces a preguntar. La institución le dijo a esta persona que me habían enviado una carta diciéndome que faltaba documentación de Teresa, pero yo jamás recibí nada y tienen mis datos, mi apartado de correos, todo», asegura Chelo. «Entonces hice un escrito y cogí toda la documentación con las facturas justificativas de las terapias de Teresa y lo registré en el IMAS de Inca, creyendo que ya estaba todo correcto y que quedaba pendiente del cobro», pero nada. «Van haciendo los pagos como por remesas, llevan muchos meses haciendo ingresos a la gente, pero lo de Teresa no llega».

Y no va a llegar. Desde el IMAS han explicado a este periódico que ante el aluvión de solicitudes recibidas, 489, se quedaron fuera 41 «porque el presupuesto de la convocatoria se agotó». Este año el procedimiento de resolución de la subvención ha funcionado por orden de llegada. Y no se ha repartido proporcionalmente la partida entre todos los que cumplían con los requisitos. «Lamentamos las molestias que hayamos podido causar a estas personas», declararon desde la institución. A modo de compensación, aseguran desde esta administración que las 41 personas afectadas podrán presentarse a las ayudas de 2021 para cobrar lo pendiente de 2019-2020. La previsión es que esta nueva convocatoria se publique antes de finalizar el año, «y se les va a llamar uno a uno».

Éste no es el primer tropiezo que tiene Chelo con el IMAS. Todavía espera el cobro [unos 1.200 euros] de este mismo tipo de ayuda pero de la convocatoria de 2018. En este caso, «es la subvención para las terapias de Sofía», detalla. «Cobré hace más de año y medio esta misma ayuda para Teresa, y he registrado también una reclamación para saber qué está sucediendo. De momento no me han contestado al escrito», denuncia decepcionada. «Me he cansado de llamar al IMAS, una de las últimas veces me dijeron que todo estaba bien y que era un problema de Tesorería, pero tienen órdenes de no pasarte con ellos. Al final te das contra un muro, provoca mucha impotencia que no te den ninguna explicación. Llegas a pensar incluso que tienen mal el número de cuenta, no sé, desespera bastante», confiesa. «Lo que también veo es que las instituciones tienen dinero para lo que quieren. Me alucina ver que se gastan el de la ecotasa en un concierto de Los40, que no tengo nada en contra de ellos, pero es fuerte que no haya dinero para algo tan vital como lo nuestro», espeta. El IMAS contestó a este diario que algunas ayudas de 2018 se retrasaron por «trámites burocráticos, pero que ya se están empezando a ingresar».

Es sabido que los importes de las terapias son elevados. «Es una cantidad alta y uno hace cuentas de contar con ese dinero. Yo he llegado a gastar en torno a 650 euros al mes para las dos, pero sé que hay gente que invierte mucho más. Si al final te fallan, repercute en que te verás en la necesidad de reducir el número de tratamientos al año siguiente», expone Chelo.

Eso es justo lo que le ha sucedido a Diana Macías, otra afectada de la convocatoria de ayudas del IMAS 2019-2020. «He tenido que quitar de las terapias a mi hija Daniela (nueve años) porque no me alcanza», lamenta. «Estoy desesperada, tengo otra hija y una situación económica complicada».

«Daniela tiene una enfermedad rara, el síndrome de White Sutton, que provoca un retraso global y discapacidad intelectual. Necesita estimulación y adaptación curricular en el colegio. Y precisa de tratamientos como terapia ocupacional, neuropsicología o logopedia», enumera. «Suponen un gasto de más de 300 euros al mes y yo había pedido una ayuda que ascendía a 2.800 y no sé qué voy a hacer ahora».

Diana solicitó esta ayuda del IMAS en septiembre del año pasado. «Lo tramité todo a través de la trabajadora social del centro donde acudimos a hacer las terapias», cuenta. «Presenté la documentación en el IMAS y me dijeron que estaba todo correcto». Hacia el mes de marzo o abril, tuvo noticias de que muchas familias estaban empezando a cobrar las ayudas. «A mí me extraño y entonces conseguí contactar con la institución para saber si sucedía algo. Me dijeron que me la habían denegado por un error en la documentación y que tenía un plazo de 24 horas para subsanarlo. Es increíble, porque a mí nadie me había notificado nada», dice sorprendida Diana. «Les faltaba el convenio del divorcio, a ellos les constaba que yo seguía casada. Yo no tenía ni idea de que tenía que presentarlo, nadie me lo había dicho. Entonces llevé el convenio, me cogieron el documento, lo registré y me comentaron que ahora sí estaba todo correcto», cuenta. «Por este error que pude solventar, Daniela pasó de estar entre los primeros que presentamos la documentación a los últimos. Y yo sabía que esta convocatoria iba por orden de llegada», confiesa.

Pese a su temor por pasar al final de la cola, el proceso de la ayuda continuó con normalidad y la institución llamó a Diana en octubre para presentar todas las facturas y recibos para cobrar. «Me dijeron que en un mes me lo ingresarían». Lo que no sabía esta madre es que el crédito se había terminado y pese a cumplir los requisitos su hija iba a quedarse sin la subvención.

«Llamé como cinco o seis veces durante un mes y medio después del plazo que me dijeron. La última vez que lo hice, me atendió alguien que no llevaba estas ayudas y me dijo que dejaría el recado. Al día siguiente me llamaron y me dijeron que mi hija había pasado a estar en la última remesa, pero que ya no había presupuesto. Ha sido un desastre. Para empezar, por tema del covid, la convocatoria se hizo de dos años. Y me pareció raro que, primero, uno tuviera que decir qué dinero se había gastado y, después y no en el momento, tuviera que justificarlo», subraya. «Se supone que los que nos hemos quedado fuera, podremos reclamar lo que nos deben de 2019-2020 en la convocatoria de 2021, pero quién te lo garantiza», se pregunta esta madre, que en estos momentos no cobra ninguna prestación social. «Tramité a través de mi asistenta social y con la app el Ingreso Mínimo Vital (IMV), pero la solicitud está en stand by. He ido a pedir la Renta Social Garantida (RESOGA), pero para solicitarla necesito un resguardo de que me han denegado el IMV. He tenido que ir a la Seguridad Social a preguntar qué había pasado con mi solicitud del IMV y me dijeron que se produjo un error informático y que tratarán de solucionar mi caso lo antes posible. Estoy esperando también la resolución de la beca del ministerio de Educación de mi hija. Tengo que vivir con mi madre, que me ayuda con las niñas. Nadie sabe lo que es esto. Voy a seguir luchando, pero ya no me creo nada», concluye escéptica.

Congresos y actividades por el Día Internacional de la Discapacidad

Pese a haberse celebrado este pasado viernes día 3 el Día Internacional de la Discapacidad, será en los próximos días que tendrán lugar actividades y congresos en torno al tema. En Mallorca se celebrará los días 9 y 10 en el Hotel Meliá Palma Marina el XVI Congreso Balear de Familias de Personas con Discapacidad, organizado por Amadiba. El día 11 el parque de sa Riera será el escenario de un conjunto de actividades, como la marcha Milla Accessible o un monólogo de sa Boira.

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