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Cerca de 290.000 mujeres en Baleares han sufrido violencia en su vida, el 10% mayores de 65 años

«Las mujeres en la última etapa de su vida padecen en mayor medida violencia por parte de sus parejas actuales, el gran problema es que tienden a ocultarlo», denuncia Ferran D. Lluch

El investigador Ferran D. Lluch, ayer, en Can Oleo. | GUILLEM BOSCH

Alrededor de 290.000 mujeres en Balears afirman haber sufrido violencia en algún momento de sus vidas, el 10 por ciento de ellas personas mayores de 65 años, según recoge el Anuari d’Envelliment de les Illes Balears 2021, presentado ayer por la UIB.

El geógrafo y vocal del Anuari, Ferran D. Lluch, asegura también que aproximadamente 100.000 mujeres en las islas sufren violencia a corto plazo. Asimismo, ha hecho referencia a las 40 mujeres asesinadas por violencia machista en Balears desde 2003, un hecho que ha destacado como «la punta del iceberg de la violencia contra las mujeres». «En el mismo periodo, 44 menores han sido asesinados para infligir el más grande de los dolores psíquicos que se puede causar a una madre», apunta el investigador.

«Las mujeres mayores padecen y han padecido violencia a lo largo de su vida», abunda Lluch. Así, cuantifica, más del 10% de mujeres asesinadas entre 2009 y 2020 tenían más de 61 años. «La última encuesta de violencia contra las mujeres revela que más del 42% de las mujeres de más de 65 años han padecido violencia a lo largo de su vida y que una de cada cinco ha padecido violencia psicológica y un 10%, violencia física o sexual de alguna de sus parejas a lo largo de su vida».

Lluch destaca que las mujeres de 65 y más años tienen mayores porcentajes de violencia ejercida por la pareja actual que otros grupos de edad y «se constata que en muchos casos el maltrato acaba con la defunción del maltratador».

Otra característica de las mujeres mayores es que la denuncia de violencia padecida y la búsqueda de ayuda formal (psicólogos, servicios sociales...) e informal (familia o amigos) es menor entre las mujeres de más edad que en colectivos de mujeres más jóvenes.

«Los fenómenos de violencia son múltiples y provocan impactos sobre diversos aspectos en la vida de la mujer, pudiendo conducir a procesos de ansiedad, depresión, consumo de alcohol u otras sustancias y, en casos extremos, el suicidio», revela el Anuari.

Para erradicar esta situación, el Ayuntamiento de Calvià y la Universitat de les Illes Balears, con una subvención concedida por el IB-Dona, han desarrollado el primer protocolo de detección de violencia de género en mujeres mayores.

Los resultados reflejan que, en este colectivo, se generan situaciones y barreras que favorecen la vulnerabilidad de las víctimas, entre las que destacan la dependencia emocional y económica, el sentimiento de culpa o vergüenza y el temor a las consecuencias.

La digitalización de la información y las citas médicas telefónicas, dos motivos por los que no se llega a las mujeres mayores

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La psicóloga Carlota Martínez es una de las profesionales que integran el Proyecto Aurora, que nació en Mallorca durante el confinamiento como servicio de soporte externo de emergencia. «Es un servicio de acogida para mujeres víctimas de violencia machista de la dirección insular de Igualdad y Diversidad del Consell de Mallorca gestionado por la entidad Intress», explica Martínez. En este servicio trataron a Marta (el testimonio de la página anterior), «que hizo la salida en diciembre».

«Aparecimos en abril de 2020, desde esa fecha hasta ahora, sólo han pasado por el servicio cuatro mujeres mayores de 60 años», detalla. ¿Por qué un número tan bajo? «La mayoría de mujeres mayores de 60 años que padecen violencia machista no llegan a servicios como el nuestro. Hay mucha información sobre la violencia de género, pero la mayor parte de ella está digitalizada y esto provoca que las mujeres de este colectivo no lleguen», opina la psicóloga.

Por otra parte, piensa que una forma habitual de detección de violencia de género en esta franja de edad son las citas médicas, pues los doctores y doctoras también cuentan con protocolos. «Con la pandemia, gran parte de las mismas han pasado a ser telefónicas. Esto ha provocado que muchas de estas mujeres no lleguen a los servicios de ayuda».

«También han vivido otra época las mujeres mayores, donde estaba más normalizado el machismo, quizá por eso tienen más dificultades para identificar la violencia», señala. «Y también para denunciar».

«Estamos preocupadas porque tenemos la sensación de que hay muchos casos que se nos están escapando, pese a existir más información que nunca sobre el tema. Tenemos la sensación que no estamos llegando a las mujeres mayores», comenta.

Para las mujeres mayores de 65 años, no existen en estos momentos programas específicos de abordaje. «En los servicios de atención psicológica para la violencia de género, que es para cualquier mujer, sí existe por ejemplo uno especializado para la adolescencia», explica Martínez, que sí señala en cambio que existe un recurso para las mujeres mayores de 55 años, Viure amb companyia, «son pisos compartidos gestionados por Intress que tienen a su disposición». Pese a ello, Martínez comprende que la salida del hogar es muy complicada para muchas mujeres que están en esta franja de edad. «Se han dedicado exclusivamente a un rol de cuidadoras y salir es romper con todo lo que han sido, con algo que les define. Por eso hemos de ser conscientes de que no todas las mujeres que sufren maltrato de esta franja de edad harán una salida del hogar. Por este motivo hay que trabajar con ellas estrategias de afrontamiento de la situación, insertarlas en la comunidad, sacarlas del aislamiento, darles apoyo y un sitio en el que puedan hablar de lo que les pasa».

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