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En contra
Joan Besalduch Hematólogo

«El riesgo de trombo y de covid no tiene color, te has de vacunar»

Joan Besalduch (Palma, 1950) es licenciado y doctor en Medicina cum laude por Valencia. Dirigió durante casi tres décadas el servicio de Hematología de Son Dureta/Son Espases, donde en 1991 llevó a cabo el primer trasplante de médula. Sigue en activo en la sanidad privada

Joan Besalduch, hematólogo Manu Mielniezuk

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Los mallorquines tenemos mala sangre?»

No, es una sangre intermedia, sin tanta talasemia como los italianos.

Creyó que no vería nada parecido al sida.

Era adjunto en La Fe de Valencia cuando apareció el sida en 1979. No me creía mucho todo aquello de los grupos de hemofílicos, homosexuales,... Nos acabó dando un buen golpe, nos demostró que había cosas nuevas y que nos teníamos que poner las pilas.

Recibió al coronavirus con una experiencia previa.

A preguntas de amigos, he fallado todas las predicciones que he hecho sobre la pandemia, «se acabará este verano,...». Es un virus diabólico, muy contagioso y traidor.

Hoy también podemos pensar que no veremos nada parecido a la pandemia.

Mi abuelo asistió a un cuñado en la gripe de 1918, y se fumaba un puro pensando que así el virus no podía atacarle. Hoy ya somos conscientes de que en cualquier momento puede surgir otro tipo de pandemia, ni siquiera sabemos si el covid actual procede de la manipulación en un laboratorio. No tengo opinión a favor ni en contra al respecto.

El coronavirus tiene su grupo sanguíneo favorito.

Ataca más al grupo A que al 0, tal vez porque los receptores tengan mayor afinidad. Es una tendencia, un juego de grises.

¿Qué nota merecen los gestores de la pandemia?

Un cinco, aprobados por los pelos.

¿En qué se distingue a un médico de izquierdas?

Hay excelentes profesionales a ambos bandos, los de izquierdas se distinguen por una mayor vocación hacia la sanidad pública y por el desprecio a la privada, que es indispensable para atender a la población.

La reacción a la covid ha alterado las ideologías.

Había médicos de izquierdas que parecían de derechas y viceversa, pero son casos individuales más que ideológicos. Al principio las mascarillas no servían para nada y hoy son importantes, las manos no tanto.

¿En qué posición se situó usted?

Con el avance de la pandemia, las medidas habían de ser estrictas, gracias a las vacunas podemos abrir un poco la mano.

¿Los enfermos creen hoy en su médico?

Cuando empecé, era tabú contarle la verdad a los enfermos, «no le diga nada a mi padre». Hoy se informa de modo exhaustivo sobre la enfermedad y los tratamientos, y percibes una confianza de los pacientes que te emociona hasta el escalofrío. Te proporciona una alegría indescriptible encontrarte con personas que llevan treinta años trasplantadas, y con una vida absolutamente normal. Cuando el enfermo muere, al revés.

¿Las vacunas covid causan más trombos de lo deseable?

Si pones en una balanza el riesgo de trombos a causa de la vacuna AstraZeneca y los peligros de la enfermedad, no tiene color, te has de vacunar. Son casos muy raros.

¿A quién se le ocurre jubilar a un médico?

Un médico no se jubila nunca, y yo sigo en la privada. Me ofrecieron un año más en la pública pero no podía acabar lo que tenía en marcha así que preferí no molestar, que vengan los nuevos y tiren del carro. Lo que más me dolió es cumplir los setenta antes de que la asignatura de Hematología se impartiera por primera vez en la Facultad de Palma. Me hubiera gustado enseñarla.

¿Su jefatura de Hematología fue hereditaria?

No, la doctora Antonia Sampol tenía mucha experiencia en trasplantes y su cargo lo decidió un tribunal con gente de fuera. El doctor Joan Bargay también era un gran candidato.

¿El hematólogo es más fácil de sustituir por un ordenador?

Cada vez más, lo cual obliga a cambiar el chip de la relación con el enfermo. Con los Big Data y la Inteligencia Artificial, el diagnóstico lo hará mejor el ordenador, pero no soy partidario de retirar al médico. Los robots operan, pero guiados por un cirujano.

Ahora sabemos que los políticos salvan vidas, ¿y los médicos?

En España no se creó un comité de expertos, así que los políticos se han movido por intuiciones. De haber hecho más caso a los médicos, nos hubiera ido mejor, aunque cabe reconocer que han potenciado la vacunación.

¿Ha tenido miedo?

Miedo no es la palabra. He tenido respeto, y me he cuidado para no contagiarme. He seguido trabajando con enfermos inmunodeprimidos. No he estado en primera línea, pero no he fallado ni un solo día.

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