La Conselleria de Medio Ambiente y la Universitat de les Illes Balears (UIB) están preparando un libro sobre el análisis geoambiental de los efectos en la masa forestal que tuvieron los cuatro grandes temporales de viento que han azotado Baleares en lo que va de siglo.

La publicación se ha planteado cuando se cumplen veinte años del incidente de este tipo más catastrófico, que afectó más de 12.000 hectáreas de Mallorca, ha detallado el departamento autonómico en un comunicado.

El libro lo están elaborando de forma conjunta el servicio de Gestión forestal de la Conselleria de Medi Ambient i Territori y el equipo de investigación en Hidrología y Ecogeomorfologia en Ambientes Mediterráneos (MEDhyCON) de la UIB y se presentara a finales de año.

La publicación profundiza en el conocimiento de las dinámicas de los ecosistemas y hábitats insulares, especialmente después de un grave impacto producido por una perturbación natural como los temporales de viento.

El primero de los episodios analizados fue el más devastador y se produjo hace justo 20 años, el 10 y 11 de noviembre de 2001, cuando un temporal ciclónico de viento afectó gravemente a toda la cuenca Mediterránea Occidental, causando daños en infraestructuras y en la masa forestal.

En Mallorca, el fenómeno supuso la muerte de 4 personas y causó además varios heridos de diversa consideración, en un temporal sin precedentes que generó un gran impacto socioeconómico y una modificación sustancial de gran parte del paisaje de la isla.

En esos dos días, algunos observatorios de la Serra de Tramuntana superaron los 300 mm de precipitación acumulada, y los registros fueron superiores a los 700 mm en tan solo una semana.

En cuanto al viento, se alcanzaron rachas de viento huracanado de hasta 150 kilómetros por hora, que comprometieron la práctica totalidad de las masas forestales de Mallorca, sobre todo en los municipios del Llevant y del Pla de la isla, y algunas zonas del Migjorn y la Bahía de Alcúdia.

El resto de islas se vieron afectadas de forma más leve.

Se vieron afectadas de manera grave y por acción directa del temporal, las infraestructuras viarias, con 29 carreteras cortadas, los puertos, numerosas viviendas e industrias y los tendidos eléctricos, dejando a unas 175.000 personas sin luz.

Los autores de la publicación han recopilado la información del temporal y han analizado con tecnologías satelitales y de prospección de campo los daños ocasionados y sus consecuencias ambientales.

Con el análisis de las imágenes de satélite, el reciente estudio constata que la superficie forestal afectada de manera significativa superó las 12.800 hectáreas, en mayor o menor grado de intensidad.

La fuerza del viento arrasó más de un millón y medio de árboles (mayoritariamente pinos), modificando sustancialmente el paisaje forestal de Mallorca. Por comparación, el mayor incendio forestal ocurrido en época reciente, quemó unas 2.500 ha entre julio y agosto de 2013 en el Ponent de la isla.

Los otros tres fenómenos analizados son el que afectó las localidades de Banyalbufar, Valldemossa y Esporles en agosto de 2020; y los "caps de fibló" que afectaron a Menorca, en octubre de 2018, y a la localidad de Sant Antoni de Portamany, en octubre de 2019.

El servicio de Gestión Forestal y el MEDHyCON ya publicaron de forma conjunta "Gestión ambiental postincendio forestal", sobre la reforestación de la zona afectada por el gran incendio de Andratx de 2013.