El vicepresidente del Govern y conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática, Juan Pedro Yllanes, firmó ayer un Pacto Euromediterráneo de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático de la Eurorregión con la vicepresidenta de la Región de Occitania, Agnès Langevine; la consejera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Cataluña, Teresa Jordà, y la responsable de Proyectos de Medio Ambiente, Clima y Energía de la Eurorregión Pirineos Mediterráneo (EPM), Mireia Boya Busquet.

Los países adquieren así el compromiso de promover las actuaciones propuestas para aumentar su resiliencia y hacer frente a la emergencia climática global.

Yllanes destacó que «los archipiélagos como las Balears somos un territorio especialmente vulnerable a las consecuencias que ya estamos empezando a notar. Nuestra geografía, expresada a través de la insularidad, nos expone a más y mayores efectos que a otras zonas no les afectan». Además, explicó que «científicos y expertos nos han alertado durante décadas de la aceleración del cambio climático y, más recientemente, de la posibilidad de llegar a un punto de no retorno y es por eso que la preocupación por el cambio climático y ambiental y los riesgos implicados es especialmente evidente en el Mediterráneo».

En este sentido, el vicepresidente del Govern incidió en la necesidad de que las regiones «actúen de forma conjunta para el reto de la lucha contra el cambio climático es vital puesto que estas regiones comparten una ubicación especialmente vulnerable como es el Mediterráneo occidental». Así, las acciones buscan asegurar que se puedan cumplir los compromisos europeos y mundiales de reducción de emisiones.

El conseller aprovechó el viaje para transmitir el mensaje de que desde el Govern de les Illes Balears se está haciendo «un esfuerzo necesario» para adaptarse al cambio climático y defendió que se han ido tomando medidas como la aprobación de la Ley de Transición Energética y Cambio Climático, que es «pionera en todo el Estado», la declaración de emergencia climática en Balears por parte de las instituciones, la puesta en marcha por primera vez de una línea de ayudas para entidades locales destinadas exclusivamente a hacer frente a los efectos del cambio climático y la creación de un plan piloto en una de las zonas costeras de la isla de Mallorca como es Cala Millor.

Uno de los objetivos principales del Govern es planificar urgentemente medidas de adaptación a los efectos del cambio climático en las zonas costeras, priorizar actuaciones para hacerlas más resilientes a los impactos y desarrollar políticas sectoriales, especialmente del sector turístico, las infraestructuras y la agricultura, en relación con la adaptación al cambio climático: «El objetivo de reducción del 55 % de las emisiones de aquí a 2030 aprobado por la Unión Europea se tiene que concretar en acciones específicas, presupuestadas y calendarizadas para los diferentes sectores económicos».