Una DANA, o depresión aislada en altura, como la que podría afectar a Mallorca y a la zona del Mediterráneo en los próximos días, es un sistema de baja presión en los niveles altos de la atmósfera que se ha separado por completo del flujo zonal en altura.

En concreto, se produce una situación de inestabilidad en capas altas atmosféricas que con el paso del tiempo se van profundizando hasta convertirse convertirse en una DANA.

Típicamente, estas depresiones aisladas en niveles altos se hallan, en el hemisferio Norte, al sur del flujo establecido en altura, detalla la Aemet. Una DANA puede a veces no desplazarse hacia el Este como una borrasca ordinaria, sino permanecer casi estacionaria varios días, o incluso moverse de manera opuesta al flujo zonal del oeste (lo que se denomina retrogresión).

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Las fuertes lluvias dejaron 90 incidentes en el norte de Mallorca el pasado mes de septiembre

El término DANA

El origen del término gota fría viene de la escuela alemana que bautizó este concepto como kaltlufttropfen, que significa gota de aire frío. En español la expresión gota fría llegó a desvirtuarse y a ser asociada a cualquier tipo de situación de precipitaciones abundantes, por lo que en Aemet se prefirió evitar su uso y hablar en su lugar de depresión aislada en niveles altos o DANA, acrónimo lexicalizado que quiere ser también un homenaje al meteorólogo Francisco García Dana, que falleció en 1984.

Se trata de fenómeno meteorológico que suele coincidir con el inicio del otoño y la primavera en el Mediterráneo occidental. Se experimenta particularmente en España y más concretamente a lo largo de la costa este y Baleares, aunque sus efectos pueden sentirse en zonas interiores también. A grandes rasgos, la gota fría es el resultado de un frente de aire polar frío (corriente en chorro) que avanza lentamente sobre Europa occidental a gran altura (normalmente, de cinco a nueve kilómetros) y que, al chocar con el aire más cálido y húmedo del mar Mediterráneo, genera fuertes y dañinas tormentas.

Con el término gota fría se designa en meteorología a un volumen limitado de aire frío en los niveles altos de la atmósfera, que en una carta meteorológica se representa rodeado con isotermas cerradas; dicho fenómeno es igualmente visible en las cercanías de la Sierra Nevada de Santa Marta en la costa caribe colombiana, dada la altura del sistema montañoso litoral, cuyas cumbres superan los cinco mil metros de altura.

La intensidad de una DANA puede ser devastadora

En la vertiente mediterránea, su intensidad puede ser devastadora produciéndose la sucesión de decenas de tormentas, sin apenas descanso entre ellas, con vientos muy fuertes (aunque poco extendidos, teniendo en cuenta que esta depresión no tiene reflejo en superficie, no encontramos isobaras muy juntas que hagan evidenciar fuerte viento, el fuerte viento en este caso se debe a condiciones de mesoescala) y precipitaciones que pueden superar las producidas por las tormentas de la zona intertropical que llenan las ramblas, produciendo inundaciones muy severas.

En síntesis, la gota fría es un fenómeno que la creencia popular únicamente asocia (de manera errónea) al Mediterráneo exclusivamente al ser aquí más notorios sus efectos, ya que el contraste térmico es mayor que en otras zonas. Es un mar que se calienta mucho en verano y que puede llegar a estar cerca de treinta grados en zonas cercanas a la costa, pero cuando llega el otoño suelen entrar bolsas de aire frío en capas altas.

Al ser más ligero el aire caliente que hay sobre el Mediterráneo, éste asciende rápidamente. Si en ese punto sopla viento de levante que aporte más humedad y la empuje a tierra, es cuando desata su poder. La gota fría, al igual que los huracanes, depende del mar para obtener su energía, por lo que los mayores vientos y las mayores lluvias suelen ser en la costa, también al igual que los huracanes. La gota fría gira, pudiendo incluso intuirse un ojo en su centro en muchas ocasiones.

La gota fría es un fenómeno meteorológico de alta peligrosidad en las zonas donde se produce. Las máximas precipitaciones otoñales se han venido produciendo siempre durante este tipo de fenómenos, pudiendo llegar a causar severas inundaciones, erosión, numerosas víctimas y destrucciones localizadas o en áreas bastante extensas.

La marejada resultante puede destruir playas, embarcaciones y paseos marítimos, llegando a penetrar el mar en tierra firme y llegando a destruir los locales en primera línea. Las marejadas propias de la gota fría no son tan poderosas como las de los huracanes, pero aun así pueden elevar el nivel del mar 1 metro o más tragándose playas y paseos. Los oleajes suelen superar los 4 o 5 m de altura, con olas que sin ser muy altas albergan una gran potencia por su corta longitud de onda.