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Entrevista
Josefa León Madrid Ganadora en el Tribunal de Estrasburgo

«Ahora las madres no tendrán que esperar 15 años para que se les reconozca su situación»

La mallorquina que ha logrado que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos le dé la razón en anteponer su apellido a su hija afirma que ha sido una «victoria moral» y defiende que esta noticia supone «un paso más en favor de la igualdad»

Josefa León Madrid y su abogado Jacobo Rodríguez-Miranda, ayer, en Palma. | MANU MIELNIEZUK

Josefa León Madrid lleva quince años luchando para que se haga justicia. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó este martes a España por discriminación al no permitir que antepusiera su apellido al del padre al registrar a su hija en 2006. «Cuando uno tiene razón, no hay que rendirse jamás».

¿Cómo ha recibido la noticia de su victoria en el Tribunal de Estrasburgo?

Tengo sentimientos encontrados porque ha sido una buena noticia y supone un agradecimiento al trabajo que hemos hecho junto a mi abogado. No sabíamos si iba a llegar este día. Ha tardado mucho y mi hija ha crecido. Como madre me preocupa la exposición mediática que está teniendo la noticia porque ella aún no la ha leído. Es un tema duro, aunque nosotros ya la habíamos preparado para que nunca lo escuchara por un tercero. Tanta exposición no me ha dejado disfrutar de esto, pero estoy contenta porque la legislación era injusta.

Ha sido un proceso largo y costoso. ¿Qué valoración hace después de todos estos años de lucha?

Mi hija es una chica excelente y una adolescente de 15 años. No ha sido fácil llegar hasta aquí, pero el camino lo hemos recorrido a su lado los dos progenitores. Los dos hemos mantenido una actitud responsable porque primaba el interés de nuestra hija. El inicio fue complicado. La batalla judicial fue dura. Queríamos que se reconociera el mérito a que la madre pudiera ser acreedora del primer apellido de su hija.

Parece que el final ya ha llegado. ¿Está satisfecha con la resolución?

Es una victoria moral. Se trata de una cuestión de honor. Mi hija se llama Claudia Victoria porque su nacimiento ya fue una victoria. Esto es un reconocimiento a toda la historia que vivimos. Estoy contenta porque pocas veces en la vida tenemos la oportunidad de hacer algo que sirva para el resto de la humanidad. Creo que esto es un paso más en favor de la igualdad. No me considero feminista, pero siempre he sido una luchadora contra la injusticia. Me parecía injusto que no tuviéramos las mismas oportunidades un hombre, una mujer o cualquier ser humano.

¿Cómo ha vivido su hija este proceso?

Todo empezó en los primeros años, cuando ella no era consciente de lo que estaba pasando entre sus padres. Hemos querido mantenerla muy ajena desde el principio. Por eso no me gustó tanta exposición del caso. Ella me dijo que ni siquiera ha mirado la noticia. Entiende que su vida conmigo y su vida con el padre son dos entornos diferentes. Ella es maravillosa y vemos esto como una victoria.

¿Ha tomado una decisión sobre el cambio de sus apellidos ahora que podrá hacerlo?

Todo queda en sus manos porque tiene 16 años. Aún no hemos tratado este tema. Le corresponde a ella decidirlo. Por lógica y sentido común, creo que ella ya se identifica con los apellidos que tiene y podría ser un conflicto con su identidad.

¿Ha podido hablar con el padre?

Hemos intercambiado algunos mensajes y le he expresado mi tristeza porque la exposición mediática ha sido mayor de lo esperado. He leído artículos en los que no se cuenta exactamente la realidad. A pesar de la equivocación que pudo cometer, ha sido un padre responsable. Teníamos tres puntos de desacuerdo: el aborto, porque yo no quería abortar; los apellidos y la custodia. En todo lo demás siempre hemos tenido un buen entendimiento. Aunque el pasado hace que sea un tanto doloroso.

¿No poder cambiar el orden de los apellidos ha ocasionado algún problema para su hija o para usted?

Mi hija siempre ha tenido muy desarrollado el sentido de la justicia. Nunca ha habido un conflicto de lealtades entre su padre y su madre. Como los apellidos se inscriben cuando es muy pequeña, siempre ha llevado el apellido de su padre primero. Originariamente estaba inscrita con los míos, pero la primera sentencia nos obligó a tener que cambiarlo. Así que no ha habido mucho margen para modificarlo.

¿Qué va a cambiar con esta sentencia? ¿Puede significar un antes y un después?

No creo que cambie nada en nuestro caso. La situación personal no tendrá modificaciones importantes. Pero sí va a tener una dimensión trascendental en los casos posteriores. Otras madres que estén en circunstancias similares no tendrán que esperar 15 años para que se les reconozca su situación. Después de cuatro instancias, por fin ha llegado el final. La pena de todo esto es que ha removido el pasado, y espero que no enturbie lo que hemos conseguido.

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