El Grupo Cursach se sigue desmoronando en plena crisis. Tras meses arrastrando los efectos de la pandemia, que se ha cebado con el sector del ocio, la compañía ha vendido ya el restaurante Asadito y la discoteca The Club.
Según ha podido confirmar este diario, ya se ha cerrado la operación de venta del restaurante especializado en carnes a la parrilla, con salones privados, situado en la avinguda Son Rigo de Platja de Palma. Aunque no ha trascendido quién ha sido el comprador ni por cuánto se ha cerrado la venta.
Este local había salido al mercado por 4,5 millones. Se presume que al final el precio se ha rebajado y se habría vendido por alrededor de tres millones. Ya hacía días que el cartel de «se vende» había dejado de estar colgado.
También el otrora líder del ocio en Mallorca se ha desprendido de la discoteca The Club, la antigua Paradise, situada en la famosa calle del Jamón. Aquella sala es recordada porque además de bailar se podía disfrutar de sexo en directo, según se recuerda.
The Club, donde se podía disfrutar del baile con música en vivo, ha sido adquirido por un grupo holandés. Son los mismos que la pasada primavera compraron a Cursach el Linos Grand Cafe de Mar, situado también en la calle Pare Bartomeu Salvà, junto a la discoteca.
Cuando los actuales propietarios se hicieron con el Linos se incluyó un acuerdo por el que se vinculaba también la adquisición de la discoteca The Club, que estaba sujeto a ver qué ocurría con la evolución de la pandemia y con las restricciones que seguían manteniendo cerrado el sector del ocio. Ahora que ya se levantan las medidas y desde el 8 de octubre volverán las discotecas a abrir se ha cerrado la operación, según fuentes cercanas al Grupo Cursach.
The Club tiene 1.200 metros cuadrados construidos y no cuenta con espacio para parking, según se detallaba en un portal inmobiliario. Tiene un aforo de 840 personas y fue reformada en 2019, reza el anuncio, además de que se destaca su reconocimiento en el mercado internacional. Está en primera línea, por lo que se presume de la «fantástica playa de arena de unos seis kilómetros» a su lado, «en un excelente destino turístico». Su precio de venta era 4,5 millones. Los nuevos propietarios tienen intención de abrir la discoteca el próximo año.
En mayo pasado Bartolomé Cursach llegó a un acuerdo con la rama de la familia Fluxá ligada al calzado, con la firma Camper, para vender la histórica Tito’s. El empresario del ocio la había sacado a la venta por 16,5 millones. El edificio, situado en primera línea del passeig Marítim se convertirá en un bloque de pisos de lujo. Los Fluxá tienen más intereses inmobiliarios en la zona de El Terreno.
También trascendió a inicios de año que Cursach vendía sus hoteles y estaba escuchando ofertas. El Grupo de Empresas Matutes, que es el propietario de los establecimientos que explota Cursach, negó que estuvieran en venta.
Junto con los problemas que arrastra con la justicia, Cursach ha tenido que poner a la venta su patrimonio ante la crisis sanitaria. Mientras, el próximo año prevé abrir la cervecería Mega Park.
