Patricia Suárez lleva las riendas de la Asociación de Usuarios Financieros, ASUFIN, desde hace más de una década. Su fundación tuvo lugar en los años más convulsos de la anterior crisis financiera, cuando los consumidores sufrían las consecuencias de la colocación de una serie de cláusulas abusivas, en productos y servicios bancarios, que han ido sucumbiendo al fallo en los tribunales de justicia. La batalla no se ha detenido: hoy, la pandemia, como recuerda Suárez, “deja a muchos consumidores en situación de vulnerabilidad” y se abren nuevos frentes, como la exposición al sobreendeudamiento que generan las tarjetas revolving y los minicréditos, entre otros, o el tratamiento y gestión de nuestros datos personales en un sistema bancario, cada vez más digital y abierto.”

Después de un duro año marcado por la pandemia y las consecuencias económicas ¿en qué situación está el consumidor financiero?

Me gustaría pensar que hemos aprendido de los errores del pasado y que las entidades financieras respetan los principios de transparencia y equidad en la relación con sus clientes. En parte es así, gracias a la insistencia de la sociedad civil que no nos hemos conformado y hemos exigido el cumplimiento de nuestros derechos. Dicho lo cual, en efecto la pandemia deja a muchos consumidores en situación de plena vulnerabilidad o en claro riesgo. Hay sectores muy tocados, como todo lo relativo a servicios, que tanta importancia tiene en las Islas, por ejemplo, que costará recuperarlos al 100%. 

¿Qué frentes son los que más preocupan en estos momentos?

Muy claramente, todo lo que tiene que ver con una exposición excesiva al endeudamiento. Si esta situación de vulnerabilidad la confrontamos con un mercado en el que hay productos tan peligrosos como las tarjetas revolving o los préstamos instantáneos, con una escasa y deficiente medición del riesgo y falta de información al cliente, tenemos como resultado a muchísimos damnificados que acumulan deudas a las que no pueden hacer frente. Hay que lanzar el mensaje de la prevención y educación financiera, pero cuando ya es tarde, hay instrumentos legales para salvar a esas familias y defender la integridad de sus economías. 

¿Por qué es tan importante la educación financiera? 

Es el primer pilar que debe presidir toda acción en pro del consumidor. Sin educación financiera, no se sostiene el sistema. Desde el propio Banco de España se alude al préstamo responsable como objetivo que deben perseguir las entidades financieras. Y yo diría que buena parte de la esencia de ASUFIN es ésa: aportar nuestro grano de arena para mejorar la educación financiera de este país. Con proyectos como el que desarrollamos en colaboración con la Consejería de Salud y Consumo de Illes Balears conseguimos llegar a todos los consumidores financieros que lo necesitan, formando criterio, guiando en la contratación adecuada y protegiendo sus intereses. Ahora bien, no podemos descargar toda la responsabilidad en los consumidores, la educación financiera de nada sirve si los proveedores de servicios no facilitan la información de manera transparente o diseñan productos cada vez más complejos y con más riesgo para los consumidores.

En cuanto al frente judicial, ¿cuáles son los temas que más batalla están dando en los tribunales?

Sin duda, el IRPH es nuestra gran asignatura pendiente. En estos momentos, estamos a la espera de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea aclare los términos de la abusividad de esa cláusula que, recordemos, incorporaba a las hipotecas un índice que las encarece notablemente con respecto a las referenciadas a Euribor. Son miles de familias que han visto como el resto de los españoles ha conseguido anular las cláusulas abusivas de sus hipotecas (multidivisa, suelo, gastos…), mientras que ellos siguen pagando por una clausula que, a nuestro entender, es claramente abusiva.

Con la colaboración de la Consejería de Salud y Consumo de las Islas Baleares.