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La sanitaria acusada de vender entradas a fiestas ilegales en Ibiza: "Yo solo hago de intermediaria"

Imagen de archivo de una fiesta en una villa.

Una auxiliar de enfermería de la unidad del covid del Hospital Can Misses es una de las personas que ha denunciado el Consell de Ibiza por su implicación en la organización o promoción de fiestas clandestinas en villas de Ibiza. La propia implicada admitió a Diario de Ibiza que es «consciente de que son ilegales», pero aseguró que no obtiene ningún beneficio y que solo actúa como intermediaria. No obstante, confiesa que ella reserva plazas en estas fiestas a través de pagos por Bizum, mientras que el Consell constata que los detectives que contrató para infiltrarse en estas fiestas le hicieron pagos a ella directamente.

El vicepresidente del Consell, Mariano Juan, y la directora insular de Lucha contra el intrusismo, Naihara Cardona, presentaron ayer los resultados del plan piloto de apoyo a los ayuntamientos contra la fiestas ilegales, que se llevó a cabo en agosto con una empresa de detectives externa. A raíz de los informes elaborados por estos inspectores, que se infiltraron en siete villa parties con venta de entradas, el Consell ha identificado a 29 personas, 17 de ellas por recaudar el dinero de la actividad ilegal y 12 vinculadas a la logística.

Cifra anecdótica

Las denuncias se han presentado a los respectivos ayuntamientos, como responsables de velar por la Ley de actividades, al Govern balear por incumplimiento de la normativa covid y a la Agencia Tributaria. Mariano Juan incidió en que el Consell ha tomado esta iniciativa «para ayudar a los municipios y al Govern» en la lucha contra el intrusismo. Además, precisó que, de estas siete fiestas ilegales, ninguna se ha llevado a cabo en casas dadas de alta como vivienda turística, el único caso en el que el Consell tendría competencia.

Preguntado por si siete fiestas denunciadas por estos detectives son una cifra anecdótica en todo el mes de agosto, teniendo en cuenta que se celebran prácticamente a diario aun en septiembre, Juan valoró que se han centrado «en las fiestas profesionales, que cobran entrada y captan clientes en los bares». Cardona indicó que el informe de esta empresa externa señala que, al empezar su actividad, se encontraron con que ya se había creado «un efecto disuasorio» entre los organizadores de las fiestas. «Saben que están muy vigilados [...] e incluso nos comentan que se van a infiltrar detectives privados», se detalla en un mensaje de los detectives.

Sanitaria y promotora

Cardona hizo mención especial de una de las personas detectadas en la promoción de fiestas ilegales en redes sociales con el seudónimo Anita Dinamita, según dio a conocer el Consell. «Es un caso muy flagrante por tratarse de una trabajadora pública y, encima, del ámbito sanitario, que debería estar velando por la salud de los demás», subrayó.

Este seudónimo se corresponde con el de una persona que vendía tiques de entradas de las discotecas en los últimos años, además de promover fiestas en villas antes de la pandemia y conducir programas musicales de radio. En uno de los grupos de Whatsapp que administra, difunde prácticamente a diario alguno de estos eventos clandestinos. «Villa esta noche, más info x privado», publicó por última vez el sábado, el lunes, el martes y el miércoles (ayer ya no).

En conversación telefónica con este diario, Anita Dinamita admitió que trabaja para el Ib-Salut, precisando que con un contrato para la unidad de covid del hospital Can Misses. Tras ser informada de la denuncia del Consell, aseguró que ella no había vendido «entradas físicas».

«Yo doy la información y se hace una reserva por Bizum que luego yo tengo que entregar. Solo hago de intermediaria, pero no cojo dinero de nadie». Por su parte, el Consell corroboró que los detectives le hicieron pagos directos para acceder a fiestas ilegales.

«Yo trabajo en el hospital, pero antes de entrar aquí hice de relaciones públicas de discotecas, de villas y de todo. Por eso la gente me pide como favor si yo puedo anunciar las fiestas. Me llega la información y yo la pongo en mi grupo de fiestas».

Ella asegura que no va a comisión, pero admite que es «consciente de que son ilegales». «La gente pregunta si sé de alguna villa, en el Bizum se da la reserva para asegurarse las entradas y luego se cobra en la puerta», detalló.

El método habitual que constataron los detectives del Consell es adelantar 20 euros por Bizum para recibir la localización del punto de encuentro, donde luego se traslada a los clientes en transfers hasta las villas. Las entradas costaban 100 euros para los hombres y 50 o 60 para las mujeres.

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