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Boulevard | Armengol-Prohens, el enfrentamiento de las mujeres más distintas de Mallorca

Armengol ha de sortear la maldición del segundo mandato que ha hundido históricamente a sus tres predecesores con más de una legislatura, Cañellas, Matas y Antich

La ciudadana alemana abrazada a Rafael Nadal en presencia de Monti Galmés pagó 5.500 euros por el lote de la camiseta y la raqueta con las que el tenista ganó este año el torneo de Roma. La subasta del torneo de golf Club Robinson recaudó 41.569 euros para la fundación del campeón.

Cada vez resulta más difícil ser mallorquín en Mallorca, pero seguiremos intentándolo. Marga Prohens fue a tomar posesión del Consolat el pasado jueves, con la sorpresa de que se lo habían vendido con una inquilina dentro, a la que costará desalojar. En especial porque Francina Armengol ya es la única presidenta con Gabriel Cañellas que ha enlazado dos mandatos consecutivos, y en 2023 aspirará a igualar en longevidad al patriarca tetracampeón.

El encuentro de las dos candidatas ilustró el primer choque entre mujeres por acceder al Consolat, y ya iba siendo hora después de cuarenta años, pero el sexo común es el único dato que comparten Armengol y Prohens. Es imposible encontrar dos mallorquinas más distintas, según demuestran las imágenes de la reunión. En la forma y en el fondo, son antagónicas hasta el punto de que todavía no se sabe a cuántos votantes atraerán, pero no habrá ni un solo elector indeciso entre ambas. O una, o toda la contraria.

Prohens se estrenó posando desafiante en el Hat Bar, y ahora ensaya los valses conciliadores del opositor Zapatero con Aznar. Su rival también se muestra imperial al recibir en palacio a los otros partidos, a los que detesta homogéneamente sin excepción. Estos gestos serán arrasados por la realidad de una destrucción mutua asegurada. Serán las elecciones más crudas nunca celebradas.

Prohens apuesta a que Armengol arda por combustión espontánea en la maldición del segundo mandato, que la presidenta ha de sortear para optar a la reelección. Cuatro gobernantes de Balears han repetido presidencia hasta la fecha. Por orden de salida, Cañellas, Matas, Antich y la actual titular. Costaría encontrarles rasgos comunes, salvo precisamente el descalabro monumental que a medio plazo les reportaría su reelección, la supuesta culminación de sus carreras que ha hundido ya a tres de los cuatro persistentes.

En su segunda legislatura prehistórica de 1987 a 1991, Cañellas comete el error garrafal en 1989 de conceder el Túnel de Sóller a un amigo, que efectúa un ingreso en su fundación privada. Al banquillo, y salvado por la prescripción. Matas acabó en un destino todavía más desgraciado, tras convertir su legislatura bis de 2003 a 2007 en una orgía de corrupción sin precedentes y que otorgaría infamia mundial a Mallorca. En la reanudación de Antich de 2007 a 2011, le detenían a los consellers de su Govern en los despachos, sin que sirva de bálsamo la circunstancia de que llevaran cartera de UM.

Con esta lista de antecedentes que podría proyectarse hasta el infinito, nadie puede culpar a Armengol de la imprevisión de una pandemia, pero sí de la ignorancia culpable del síndrome de la segunda legislatura. La emprendió con una mayoría holgada, aunque sin demasiadas ganas, ahora ha de luchar a muerte para mantenerse, y ni siquiera así tiene garantizada la victoria. Dice Camus en L’État de siège, ambientado en Cádiz, que «los buenos gobiernos son los gobiernos donde no pasa nada. De ahí que la voluntad del gobernante sea que no pase nada en su Gobierno, para que permanezca siendo tan bueno como siempre». Es el resumen más preciso que he leído del tercer y cuarto Pacto de Progreso.

El fenómeno empresarial de la última década en Mallorca se llama Agromart, nacido en Porreres por la unión frutera y fructífera de los tres hermanos Figuera Vaquer con Tomeu Lliteres. Dentro de la vertiginosa expansión, anoten una inminente tienda en el Port d’Andratx, de 800 metros cuadrados. En cuanto a los seis meses de estancia de la familia de Michael Douglas en Mallorca, ha contado con una variante quirúrgica, y hasta ahí podemos llegar por confidencialidad.

En la imagen que hoy nos ilustra, la ciudadana alemana que se abraza a Rafael Nadal en presencia de Monti Galmés pagó 5.500 euros por el lote de la camiseta y la raqueta enmarcadas, con las que el tenista ganó este año el torneo de Roma. La subasta del torneo de golf del Club Robinson en Vall d’Or, celebrado el pasado fin de semana, recaudó 41.569 euros para la fundación del campeón. Al acto asistió la esposa del jugador, Mery (recuerde dónde leyó antes este nombre) Perelló.

Reflexión dominical aireada: «La vida tiene demasiadas puertas abiertas».

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