A más de 8.000 kilómetros de su país Néstor Rodríguez Lobaina se mantiene en huelga de hambre para protestar por la situación que vive Cuba tras el estallido social del pasado 12 de julio en el que miles de ciudadanos salieron a las calles hartos de carencias materiales acentuadas por la pandemia, lo que derivó en peticiones de libertad y posteriores detenciones. Rodríguez, refugiado en España desde 2011, cumplió ayer su quinto día sin ingerir alimentos.

El disidente cubano, casado con una mallorquina y residente en la isla, quiere llamar la atención «contra el silencio» del Gobierno español, al que considera cómplice de la situación de su país. «Néstor quiere que España interceda para que se libere a los presos políticos», afirma Marlen Pérez, enfermera cubana que sigue día a día su evolución desde que inició su protesta en Palma, en los aledaños de la Delegación del Gobierno.