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Baleares, banco de pruebas para Sánchez del nuevo modelo energético

El presidente del Gobierno avala que las islas sean pioneras en la descarbonización marina, la implantación al 100% en Menorca del coche eléctrico y la generación de hidrógeno con los fondos europeos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su encuentro con Francina Armengol a su llegada al Consolat el pasado 3 de agosto. Manu Mielniezuk

El encuentro institucional entre Pedro Sánchez y Francina Armengol en el Consolat de Mar el pasado 3 de agosto, tras el despacho del primero con el Rey en Marivent, dejó pocos titulares; el principal, que el ministerio de Hacienda y el Govern siguen «avanzando» en la negociación económica y fiscal para que algún día llegue el prometido y hasta ahora inexistente Régimen Especial de las Illes Baleares (REB). Sin embargo, el presidente del Gobierno y su homóloga balear dedicaron la mayor parte del tiempo a hablar del reparto de los 140.000 millones de fondos europeos que recibirá España, el maná para el reflotamiento económico tras la crisis pandémica.

Y ahí es cuando Sánchez sorprendió por su demanda de información detallada de los principales proyectos presentados desde las islas para la transición ecológica: la descarbonización del mar, la implantación de la producción de hidrógeno en Mallorca como energía general y la instauración de Menorca como isla del coche eléctrico. El presidente no solo dio su aval, sino que mostró un interés inusitado para que Baleares sea un banco de pruebas del nuevo modelo energético, con la financiación de Bruselas. La charla en Palma con Armengol se produjo días antes de la crisis estatal por la subida histórica del precio de la electricidad.

Entre los proyectos emblemáticos de sostenibilidad presentados por el Govern en colaboración con grandes empresas energéticas, y a los que Madrid debe dar ahora su visto bueno, destaca el denominado Menorca Smart Green Island, en el que Seat, con la ayuda de los puntos de recarga de Endesa, pretende electrificar todo el parque móvil (incluyendo motos, camiones, autobuses, tractores...) antes de 2026. La isla se convertiría así en la primera región en ser cien por cien eléctrica en una operación que alcanzaría los 2.400 millones de euros, 500 de ellos públicos.

En Mallorca, el Govern tiene dos proyectos de innovación de tecnologías marinas, englobados bajo el nombre de Economía azul para el Mediterráneo, y presupuestados con unos 30 millones de euros: el llamado Polo Marino (Moll Bit_Palma), consistente en la extensión del actual Parc BIT a la zona portuaria. Y el denominado Alcúdia Tech Mar, un centro internacional de descarbonización del mar, desde el que se generaría la estrategia marítima internacional para retirar los actuales combustibles fósiles en las embarcaciones y los vertidos de éstas al agua. El proyecto va ligado a la reconversión de la antigua central térmica de es Murterar, y sobre el papel también contempla la creación de la Facultad de Náutica.

Asimismo, Sánchez mostró su interés por cómo evolucionan los proyectos para la producción masiva de hidrógeno que abanderan empresas como CLH, Enagas, Acciona y Redexis en lugares como Lloseta o Palma y que alcanzarán los cien millones de euros.

En su entrevista con Armengol, Sánchez insistió en la idoneidad de Baleares como lugar para mostrar ante Europa y el entorno mediterráneo cómo hacer una transición pionera hacia la sostenibilidad. La crisis del precio de la luz por su alto coste de producción energética genera preocupación en la Moncloa, donde grandes compañías energéticas han trasladado en los últimos meses la alternativa del hidrógeno verde como energía de futuro y el vehículo eléctrico como la vía para mantener la movilidad.

Por su parte, Armengol trasladó a Sánchez que el Govern tiene a punto todos estos proyectos emblemáticos para cambiar el modelo energético y productivo de las islas, si bien le pidió mediación directa con los ministerios para su agilización. La covid sigue copando la agenda.

Está por ver cómo se concreta la ejecución de estos proyectos para los que el Gobierno central ya ha recibido una primera partida millonaria de Bruselas, pero para los que aún no ha dado el sus a las comunidades autónomas. En el Govern admiten que una mala gestión de estos proyectos a subvencionar tendría muy difícil justificación de cara a la ciudadanía y a las expectativas creadas a las empresas.

La reconversión de Son Dureta no estará lista tampoco en esta legislatura

Dentro de los programas de fondos europeos, Baleares ha presentado más de medio millar de iniciativas que superarían los 6.000 millones de inversión. El Govern asume ya la dificultad que tendrá para sacar adelante algunos proyectos que consideraba ‘estrella’, especialmente en el ámbito de la transformación de la industria cultural, que requerirían la construcción de nuevos espacios para los que parece difícil obtener financiación.

También se muestran pesimistas con la llegada de fondos para la conversión del antiguo hospital de Son Dureta en un centro sociosanitario dedicado a las enfermedades crónicas, cada vez más presentes en una población que está alargando su esperanza de vida. El proyecto para el nuevo modelo de atención integral a la cronicidad y la dependencia, que incluye la reforma de Son Dureta, reclama unos 390 millones de euros de los fondos europeos; su llegada está en el aire. Fuentes del Ejecutivo sostienen no obstante que se van a buscar fórmulas de financiación propia para llevarlo a cabo, aunque en ningún caso dentro de los plazos prometidos antes de la llegada de la pandemia.

De los seis mil millones pretendidos por Baleares de la partida de Bruselas, cinco mil corresponden a unos 250 proyectos redactados directamente por el Govern. El resto, para los 350 proyectos de otras instituciones y del sector privado.

La distribución de los fondos recae exclusivamente en el Gobierno central, de ahí que la buena acogida mostrada por su presidente en Palma en todo lo referido a la transición ecológica y movilidad sostenible se perciba con optimismo. Uno de los hándicaps para su adjudicación es que deben estar comprometidos antes de finalizar el año 2023, y ejecutados antes del fin de 2026, lo que dificulta las obras de nueva y gran envergadura.

Posible adelanto del debate sobre el estado de la Autonomía | El Govern reanuda mañana el curso político centrado en la gestión postpandémica

Tras un breve parón veraniego, el primero desde que se inició la pandemia el año pasado, el curso político se retoma mañana con el primer Consell de Govern ordinario después de dos semanas de descanso. Además de revisar las restricciones en cada isla por motivos sanitarios, en él se prevé también la aprobación de ayudas para la transición energética, una iniciativa que abandera el vicepresidente Juan Pedro Yllanes, a cuya figura se pretende dar un impulso político en los próximos meses.

En las últimas semanas Francina Armengol ha dedicado varios encuentros a analizar con diferentes equipos y personas de la sociedad balear los pasos a dar para la recuperación postcovid. En el Consolat consideran que lo peor de la pandemia ha pasado, y que la acción política debe centrarse ahora en la gestión que quedó aparcada a principios del año pasado. El cumplimiento de las ayudas a los sectores afectados es otro de los objetivos marcados para este otoño.

En otro orden, la presidenta del Govern valora adelantar el debate del estado de la Autonomía a la primera mitad de septiembre. La llegada de Marga Prohens como líder del PP no ha pasado desapercibida en el Govern, y pese a su ausencia física en el Parlament balear (al ser Prohens diputada en Madrid), el PSIB-PSOE es consciente de que su estrategia debe variar respecto a cuando Biel Company era el cabeza visible de la oposición.

Aunque se está lejos de la recuperación económica en Baleares, en el Govern se reivindica la vacunación colectiva lograda y la existencia de temporada turística como hitos positivos de este 2021.

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