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Entrevista
Antoni Marimon Profesor de Historia Contemporánea de la UIB

«Estados Unidos ha sido un cínico absoluto en Afganistán»

«¿Qué les dirán a las viudas y a los hijos de los soldados fallecidos después de esta retirada insólita y patética?» - «Es un peligro para todo el mundo que los talibanes hayan triunfado»

El historiador Antoni Marimon, en una imagen de archivo. | M. MIELNIEZUK

Antoni Marimon (Son Sardina, Palma, 1965) considera «desastrosa» la retirada de Estados Unidos de Afganistán que ha significado la entrega del país a los talibanes. Y critica que haya «despreciado a las mujeres y afganos que creyeron en una cierta democracia e igualdad».

¿Los problemas de Afganistán vienen de la invasión de Estados Unidos en 2001?

La guerra actual, sí. Pero la desestabilización del país viene de más atrás, cuando en 1979 la Unión Soviética invadió el país, otro fracaso histórico. Fue el preludio de lo que ha pasado ahora porque fue en aquellos años 80 de lucha contra el enemigo imperialista soviético y las ideas ateas comunistas —según la visión de los radicales islamistas— cuando surge el movimiento de los talibanes. Afganistán no es exactamente un Estado nación, conviven diferentes etnias y la más grande es la pastún, de la que surgen los talibanes. Después de la retirada soviética y una guerra civil llegan al poder por primera vez. Aplicaron una interpretación muy rigurosa del Islam, una completa marginación de la mujer y una convivencia con grupos terroristas como Al Qaeda. Precisamente eso es lo que motivó la invasión de Estados Unidos.

¿Fue una intervención asimilable a lo que pasó en Irak dos años después?

La invasión de Irak fue totalmente ilegítima e imperialista. En cambio la de Afganistán contó con el apoyo de las Naciones Unidas, lo que permitió el despliegue de una fuerza multilateral. En el país había tres ejércitos: el de la OTAN, el de Estados Unidos y el de Afganistán, que nunca llegó a funcionar. El ejército afgano no ha acabado de funcionar, seguramente porque el Estado afgano tampoco ha acabado de funcionar. Ha sido un fracaso absoluto, como ha quedado claro.

Las imágenes que hemos visto de aviones de Estados Unidos evacuando a su personal en Afganistán recuerdan a aquella otra evacuación en Vietnam en 1977. ¿Son comparables?

Son clavadas. En ambos casos ha habido imprevisión a la hora de retirarse. Increíblemente, Estados Unidos no ha planificado bien su retirada ni en Afganistán, ni antes en Vietnam. Por otro lado, hay algo que en mi opinión es muy duro: Estados Unidos pone sus intereses por encima de todo. Y cuando le conviene, desprecia incluso a sus aliados. Biden lo ha reconocido descaradamente: no querían construir una nación democrática, sino defender los intereses de la seguridad de Estados Unidos. Es un enorme desprecio hacia quien en Afganistán creyó en los valores de la democracia y hacia las mujeres que creyeron en una cierta igualdad. Es todo de un cinismo absoluto. Es cierto que los historiadores no tenemos que juzgar los hechos, pero como mínimo alguna orientación podremos dar. Y la sensación es que todo se ha llevado de una manera desastrosa.

Hablando de historiadores, siempre se ha dicho que es importante conocer la Historia para no repetir los errores del pasado.

Lamentablemente es una constante repetir los mismos errores. Y en el caso de Estados Unidos hay dos elementos a tener en cuenta. Primero, una cierta prepotencia. Tienen tendencia a pensar que los otros son ineficaces y eso les lleva a despreciar a sus enemigos. Pese a que a veces armas sencillas pueden ser muy útiles, mientras que sistemas sofisticadísimos con drones y tecnología punta pueden no serlo en un país en el que cuesta conectarse a la electricidad. Otro elemento muy importante es que Estados Unidos tiende a despreciar los valores de otras culturas. Hay una creencia mesiánica desde su fundación en que sus valores son los mejores. No significa que no tengan algunos extraordinarios como la separación de poderes o la idea de una república federal. Pero no han entendido a los otros, y como en Vietnam del sur la colaboración con los afganos y con sus aliados ha sido de todo menos sencilla. Han bordeado el ridículo internacional.

La misión española allí ha costado la muerte de más de cien militares y un gasto de 3.500 millones de euros. ¿No ha servido para nada?

A causa de la decisión de Estados Unidos, la utilidad que pudo tener aquella misión ha quedado muy desvirtuada. Estoy seguro de que mientras ha durado ha servido para hacer cosas positivas, pero este gasto de vidas humanas y dinero sabe muy mal. Y más aún en el caso de Estados Unidos, donde miles de ellos han perdido la vida. ¿Qué les dirán a las viudas y viudos? ¿A los hijos? ¿A los hermanos? Esta retirada ha sido insólita y patética. También es cierto que una parte de la sociedad afgana ha demostrado ser corrupta, ineficaz e incapaz de crear una alternativa a los talibanes.

¿Y ahora qué?

Lo único que podemos hacer es intentar acoger a la gente que pida asilo y establecer distancias con un régimen que aunque intente disimular, quiere volver a la Edad Media. No es viable hablar de ningún tipo de intervención, no es realista tras este fracaso de Estados Unidos. Es posible que en el futuro se genere allí algún tipo de oposición y se la pueda ayudar. Ahora lo prioritario es ayudar a que la gente escape.

¿Los talibanes son solo un peligro para los afganos o también lo son para el resto del mundo?

Solo el hecho de que hayan triunfado supone un peligro para el resto. Todos los grupos radicales islámicos que hay diseminados por el mundo deben estar ahora mismo entusiasmados. Solo el efecto llamada que se ha creado es un peligro muy grande. Esperemos que el gobierno talibán se acabe moderando, pero no sabemos qué pasará.

Han ofrecido una amnistía generalizada. ¿Se lo cree?

Hay motivos sobrados para desconfiar. Afganistán es un país muy grande y será muy difícil saber lo que pasa en las provincias, si hay ejecuciones. Quiero recordar que hay más elementos que han ayudado a este desastre. Pakistán ha ayudado a los talibanes durante años. Y Arabia Saudí ha jugado un papel turbio.

¿Afganistán ha sido un país democrático estos veinte años?

Ni de broma. Siempre ha habido provincias controladas por los talibanes. Hubo un embrión de democracia con medidas enfocadas a la igualdad de las mujeres y para favorecer su educación. Fueron pasos muy grandes viniendo de muy abajo, pero decir que era una democracia es una burla.

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