El mapa de Mallorca que muestra en tiempo real los puntos de recarga pública para los coches eléctricos se tiñe de rojo. Si bien es cierto que Balears presume de ser la comunidad autónoma con más puntos de acceso libre —837 apuntan desde la conselleria de Transición Energética—, también lo es que los usuarios de estos vehículos enfrentan dificultades para desplazarse por la isla porque entre el 40%y el 50% están fuera de servicio.
Además de particulares que ya se han pasado al coche eléctrico, también son varias las empresas que los utilizan, entre ellas grandes compañías de rent a car. Y los clientes de estas últimas se las ves y se las desean para lograr cargar sus vehículos. La aplicación MELIB (Movilidad Eléctrica en las Illes Balears), en la que aparece la ubicación de los puntos de recarga y su estado, marca diversidad de aparatos que no están operativos y tampoco ofrecen servicio al cliente, según denuncian usuarios a este diario. Dependen o bien de ayuntamientos o de empresas que «no se han organizado» para darles mantenimiento.
Tampoco la aplicación MELIB funciona como debiera y si no se es un usuario residente en Balears no se tiene acceso a las tarjetas de recarga que se gestionan a través de la tarjeta TIB (Transports de les Illes Balears), con las que sí es posible acceder a los cargadores, según explican conductores de vehículos eléctricos.
Otro de los problemas es que algunos de los puntos verdes, es decir, en teoría disponibles, que muestra el mapa en la aplicación «cuando llegas están ocupados». Así las cosas, «puede ser que llegues hasta Can Picafort, por ejemplo, y hay veces que no puedes volver». Esta situación se padece «desde hace dos años» y sobre todo se incrementa en verano.
Desde el Govern, el director general de Energía y Cambio Climático, Pep Malagrava, reconoce que hay «un problema de mantenimiento serio» con los puntos de recarga, que son la mayoría propiedad de los ayuntamientos y «algunos son más diligentes que otros» en brindar este servicio. «No nos desentendemos» de la problemática, replica Malagrava y asegura que el Ejecutivo autonómico considera «esencial» que haya un teléfono en el que se pueda solicitar ayuda y que los puntos de recarga con anomalía se arreglen en un tiempo determinado. Pone como ejemplo el caso de Menorca donde el Consell lo controla de forma centralizada.
El director general explica que si falla la aplicación es competencia del Govern y en el caso del punto físico, del consistorio. «Estamos trabajando en un software para que se resuelvan los problemas» y para el próximo año tendrá que estar disponible. «Queda camino por recorrer» en la transición al vehículo eléctrico y una solución podría ser que haya un mantenimiento «mancomunado», por ejemplo a cargo del Instituto Balear de Energía. «No lo descartamos», agrega Malagrava.
Entre los más de 800 puntos de recarga eléctrica repartidos por la isla, junto con los de color azul (ocupado) y verde (disponible) hay diversidad de rojos (no disponibles), en localidades como Estellencs, Valldemossa, Bunyola, Binissalem, Muro, Santa Margalida, Felanitx, Artà, Inca, sa Pobla, Palma,...
Cero emisiones
La conselleria de Transición Energética prevé que las disfunciones actuales de gran parte de los puntos de recarga eléctrica irán disminuyendo. Esto es porque las ayudas del programa MOVES III, de subvenciones de apoyo a la movilidad eléctrica, con un presupuesto de 9,3 millones de euros, para los nuevos puntos que se vayan instalando también cubren el contrato de mantenimiento, explica Pep Malagrava, director general de Energía y Cambio Climático.
Con todo, el Govern celebraba la semana pasada que en tan solo un mes se han recibido 184 solicitudes en Balears para estas ayudas, abiertas solo desde el pasado 5 de julio, por un importe de casi cinco millones. Del total, 139 son para la adquisición de vehículos eléctricos y 48 para la instalación de puntos de recarga. Ocho de cada diez solicitudes son de particulares que apuestan por los coches de cero emisiones.
