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Justifican un despido por exponer al contagio del virus a sus compañeros de un centro médico de Palma

El trabajador se fue a desayunar con otros empleados tras conocer el resultado positivo de coronavirus

El trabajador no atendió al resultado positivo de la PCR que le hicieron. |

Un juez de Palma ha confirmado el despido disciplinario de un trabajador de un centro médico de la ciudad, que expuso a sus compañeros a la posibilidad de contagiarse con el virus del coronavirus. El empleado sabía que estaba infectado y, aun así, estuvo desayunando con varios compañeros. Esta actuación irresponsable llevó a la empresa a decidir prescindir de sus servicios.

Esta situación ocurrió el pasado día 21 de septiembre, que era lunes. Este trabajador, que realizaba tareas de apoyo administrativo, se había sentido mal durante el fin de semana. Había notado síntomas de coronavirus, como diarrea, algunas décimas de fiebre y malestar general.

En vez de quedarse en su casa, el lunes acudió a trabajar. Habló con sus compañeros y les dijo que no se había encontrado bien. Una responsable del centro le ordenó que fuera a urgencias, que se sometiera a una prueba de PCR y que permaneciera en su casa aislado hasta que no conociera el resultado. El empleado, sin embargo, no se marchó y siguió trabajando, sin mantener la distancia de seguridad con sus compañeros. De hecho, el mismo día que le hicieron la prueba participó en una merienda con unos trabajadores y por la tarde comió junto a otro empleado.

Ya por la tarde se confirmó que la prueba había dado positivo y por tanto el empleado se había infectado con el virus.

Según el trabajador, a él no le comunicaron el resultado y por ello al día siguiente acudió al trabajo a primera hora de la mañana. Coincidió con la responsable de urgencias, que se sorprendió al verle por el centro médico. Le dijo que no podía estar porque era positivo.

La noticia no alarmó al trabajador, que en vez de marcharse a su casa para mantenerse aislado, le dijo a la jefa de urgencias que se iba a la cafetería a tomar café. Su superior le ordenó que no fuera, porque no podía tener contacto con otra persona porque la ponía en peligro de contagiarse. No atendió a la orden y se dirigió a la cafetería, donde estuvo desayunando con dos compañeros, a los que comunicó su contagio y le dijeron que se fuera a su casa. No solo no se fue, sino que se dirigió a otra zona del centro, donde también habló con unas compañeras, que ya sabían que estaba contagiado con el virus y le ordenaron que se marchara.

El juez le reprocha su conducta imprudente por exponer a otros trabajadores a infectarse

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Este comportamiento tuvo una respuesta disciplinaria inmediata. La empresa acordó el despido de este trabajador por haber puesto en peligro de contagio a sus compañero de forma consciente.

El trabajador impugnó el despido y acudió a los tribunales para conseguir que se le readmitiera. Sin embargo, no ha conseguido su objetivo. El juez entiende que esta decisión de la empresa está más que justificada por el comportamiento irresponsable del empleado quien, al trabajar en un centro médico, conocía muy bien los riesgos de contagio que supone estar infectado de coronavirus.

Si bien en la sentencia se llega a justificar el comportamiento que tuvo este trabajador el primer día que comunicó los síntomas, al no tener el resultado de la prueba, se le reprocha su actuación del día siguiente. El juez considera que no puede justificarse de ningún modo que este trabajador hubiera expuesto a sus compañeros a la posibilidad de contagiarse. Y en este sentido, incide en que no se puede alegar un supuesto desconocimiento del alto nivel de contagio que tiene esta enfermedad, que ha provocado solo en Balears casi un millar de muertos.

Los propios compañeros declararon en su contra y uno de ellos dijo que este empleado le dijo que «le daba igual» el haber dado positivo en la prueba de PCR. Acto seguido fue cuando entró en la cafetería, sin acatar la recomendación de la jefa de urgencias que le pidió que se marchara a su domicilio y guardara allí el periodo de cuarentena.

El juez considera que el trabajador ya no debió regresar al trabajo al día siguiente de realizarse la prueba y sin que conociera todavía el resultado, para comprobar si se había contagiado. Por ello, se considera que su comportamiento supone una grave conducta imprudente, que representa una deslealtad hacia la empresa y hacia sus compañeros.

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