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La compra de viviendas coge velocidad en Baleares y crece en junio un 75%

Las adquisiciones muestran una fuerte evolución al alza a partir de mayo y comienzan a situarse en los niveles previos a la pandemia

La vivienda de nueva construcción también evoluciona al alza. Manu Mielniezuk

La compraventa de viviendas está alcanzando velocidad de crucero en las islas, acercándose cada vez más a los niveles previos a la pandemia, según se desprende del informe publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esa aceleración ha sido especialmente intensa durante los pasados meses de mayo y junio, coincidiendo con una fuerte reactivación de las adquisiciones protagonizadas por extranjeros, según se ha venido destacando desde el sector inmobiliario de las islas.

La cifra de junio refleja la aceleración que las compras residenciales están registrando en el archipiélago. Durante ese mes la cifra de viviendas adquiridas fue de 1.156, lo que supone un aumento del 74,9% si se compara con el mismo mes de 2020, cuando se contabilizaron 661. Pero es que además el balance ha sido este año incluso mejor que el de 2019, cuando se alcanzaron las 1.063.

Pero lo más importante es que no se trata de un hecho aislado, porque mayo ya se cerró con un potente crecimiento, cuando las 1.078 residencias compradas superaron con creces las 667 del mismo mes del año anterior, con un aumento del 61,6%. En este caso no se llegó todavía a los niveles de 2019, cuando ese número se situó en 1.535.

También el dato de abril de este año mejora el de 2020, al sumar en el primero las 919 adquisiciones, por encima de las 742 del segundo.

Eso hace que el balance del segundo trimestre sea muy positivo para el sector inmobiliario de las islas. En esos tres meses se han vendido en Balears 3.153 inmuebles residenciales, frente a los 2.070 de las mismas fechas del ejercicio anterior, cuando se acababa de declarar el estado de alarma. El resultado es un aumento de las adquisiciones durante la primavera de un 52,3%.

Pero si se analiza la totalidad de los seis primeros meses de este año, el balance sigue siendo positivo, aunque sea con tasas más moderadas. Entre enero y junio se han comprado en el archipiélago 6.053 residencias, lo que supone un 8,9% más que durante el primer semestre de 2020, cuando se alcanzaron las 5.558. Eso refleja la aceleración que está registrando el sector.

Vuelve la demanda extranjera

Como se ha indicado, desde el sector promotor, de agentes de la propiedad inmobiliaria y de las empresas intermediarias se señala un factor clave que se ha mostrado especialmente intenso a partir de mayo: el regreso de la demanda extranjera.

Porque aunque las condiciones para la compra de una vivienda presentan en estos momentos algunos elementos positivos en el conjunto del país, como tipos de interés muy bajos en las hipotecas o un aumento del ahorro debido a que las restricciones han rebajado el consumo, en Balears se insiste en que el principal obstáculo sigue siendo el factor precio, muy alejado en la mayoría de los casos del poder adquisitivo de las clases medias de las islas.

Eso explica que sean los colectivos con mayores rentas, como es el caso de los extranjeros que buscan casa en las islas, los que protagonicen la mayor parte de las adquisiciones. Y son los llegados de fuera los que durante los últimos meses han estado impulsando la actividad en el mercado.

El peso de los inmuebles usados

En cualquier caso, hay un elemento que se ha mantenido constante durante 2019 y la etapa de la pandemia, y es que el mercado balear está mayoritariamente volcado en la vivienda de segunda mano.

Durante el mes de junio se adquirieron 965 viviendas de segunda mano y 191 de nueva edificación, pero si se suman los datos de todo el primer semestre, las primeras siguen siendo mayoritarias, con 4.845 compradas, frente a las 1.208 de nueva edificación.

Este desequilibrio viene siendo una constante durante los últimos años. Durante el primer semestre de 2020 se compraron 4.572 residencias usadas y 986 nuevas, y en el de 2019 las cifras fueron de 6.000 y 1.355 respectivamente.

La explicación que se da desde el sector siempre es la misma: la falta de suelo y su elevado precio hacen que la edificación de nuevas residencias esté en unos niveles muy bajos, con escasez de producto en el mercado, y además caro.

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