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PROTECCIÓN DE ESPECIES

El ‘ferreret’ y el ‘virot petit’, las dos caras de una fauna en peligro de extinción

Las dos especies endémicas baleares están en riesgo de desaparecer, pero mantienen dinámicas muy diferentes - La actividad humana se ha convertido en una amenaza para su conservación

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El ‘ferreret’ y el ‘virot petit’, las dos caras de una fauna en peligro de extinción CAIB / DM

El ferreret y el virot petit. Dos especies endémicas de las islas que desde hace unos años se encuentran en peligro de extinción, aunque hoy en día mantienen dinámicas muy distintas. «El ferreret -o sapillo balear- es el único anfibio del mundo que mejora en cuanto a población y tiene una tendencia tan positiva como la actual, hemos pasado de once puntos de conservación a los 36 actuales», explica Irene Garneria, técnica del Servicio de Protección de Especies de la Conselleria de Medio Ambiente. De hecho, los técnicos calculan que el 75% de estos sapillos están en poblaciones naturales, mientras que el 25% restante están en colonias creadas artificialmente. (Vea aquí la galería).

Por su parte, el virot petit o pardela balear está considerada el ave más amenazada de Europa, según la organización ornitológica Birdlife, además de ser catalogada como una especie en «peligro crítico» de extinción. «Dentro de la escala utilizada, este es el paso inmediatamente anterior a la extinción total. A este ritmo, podría extinguirse en unos 60 años», alerta el biólogo Miguel McMinn, que lleva unos 20 años estudiando esta ave.

Hay un factor clave que ha llevado a la situación actual, según apuntan los expertos, y es el nivel de control que se ha podido tener de las dos especies. El ferreret se concentra, menos una población situada en el Parc Natural de Llevant, exclusivamente en la Serra de Tramuntana, en puntos de los torrentes casi inaccesibles para sus depredadores. «Desde hace 30 años hacemos un control anual de la población que nos permite detectar cualquier desviación en un punto de cría. Así podemos tomar decisiones rápidas, y es prácticamente el único ejemplar del mundo con un control regular de su población total, es algo extraordinario», apunta Garneria.

En cambio, la pardela balear es mucho más difícil de controlar. «Hace veinte años se calculaba que había unos 14.000 virots petits, y hoy tenemos constancia de entre veinte y treinta mil. No es que haya más, sino que tenemos mejores datos de su población», apunta McMinn. «Es difícil controlar todas las colonias, una que iba bien de golpe baja, y no tienes la explicación exacta de los motivos, es una especie muy desconocida en este sentido» añade por su parte Llorenç Mas, director general de Espacios Naturales y de Biodiversidad de la Conselleria.

¿Por qué están en peligro?

Estas dos especies endémicas de Baleares tienen depredadores que les han llevado al borde la extinción. En el caso del ferreret, la amenaza se concentra en la serpiente de agua, la Natrix maura. Este animal terminó con la población de sapillos que antiguamente estaban en Manacor e incluso en Menorca, pero hoy se tiene un mayor control sobre ella, posibilitando que aumenten los ejemplares de estos anfibios. Además, también está el peligro del quitridio, un hongo que, según diversas publicaciones como National Geographic, ha terminado con 500 especies de anfibios. «Se detectó en tres torrentes de Balears y se tuvo que hacer una eliminación. Ahora sólo tenemos un punto donde existe este hongo, pero no afecta tanto a la población, aunque hay que tener cuidado y hacemos controles anuales», relata Garneria.

Por su parte, la situación del virot petit es mucho más difícil, ya que es más vulnerable a la actividad humana. Tal y como apunta Mas, tiene varios factores en contra. Es un ave marina y nocturna, y hoy en día hay más iluminación y ruidos por las embarcaciones en espacios donde antes la tranquilidad era total. «Una simple luz de un velero ya lo puede desorientar», explica el director general de Biodiversidad. «La principal causa de su mortalidad es la pesca, con capturas accidentales a raíz de artes de pesca como el palangre y el cerco. Están causando la mayor mortalidad en los últimos 50 años» añade McMinn.

Otro factor es su lenta y vulnerable reproducción. «Solo ponen un huevo al año y lo hacen en el suelo, por lo que animales como las ratas se los comen», destaca Mas. Además, tienen grandes depredadores felinos como los gatos o las ginetas. De hecho, «solo el gato podría causar su extinción», según el biólogo.

El papel de la administración

Como ya se ha apuntado, hay un 25% de la población de ferrerets que ha sido introducida artificialmente por los expertos. Así, el papel de las administraciones es crucial para la conservación de la especie. A parte del control del número de ejemplares y de la eliminación de la serpiente de agua, desde la Conselleria se trabaja codo con codo con el Zoo de Barcelona para la cría en cautividad. Esta misma semana, por ejemplo, en la Serra de Tramuntana se han liberado 57 sapillos criados en el zoológico barcelonés, en un punto de población «que va bien, pero queremos asegurar la convivencia».

«Dentro de los planes de gestión siempre tenemos en cuenta al virot petit para su máxima protección, y evitar así cualquier perturbación que pueda afectar a su conservación», indica Mas. «Es uno de los objetivos principales de conservación de la Conselleria» añade. Aun así, McMinn expone su «pesimismo» con el futuro de esta especie: «Si se toman medidas, que ya se están tomando, puede haber un mayor conocimiento. Pero hay una falta de concienciación social y política, se habla más del oso panda que de las especies que tenemos más próximas, y que están en peligro de extinción. Nos estamos olvidando de lo nuestro», finaliza.

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