Esperanzador, pero exigente. Así ven el futuro del mar Mediterráneo los expertos convocados ayer por Diario de Mallorca para participar en el primer Foro Mare Nostrum. El evento, que contó con la colaboración de Grupo Iberostar, Estrella Damm y Save the Med, se celebró el pasado jueves en el Club Diario de Mallorca. Xavier Pastor, oceanógrafo y exdirector ejecutivo de Greenpeace España y Oceana Europa, Sandra Benbeniste, directora de la Oficina de Sostenibilidad de EMEA del Grupo Iberostar, Gabriel Morey, biólogo marino y coordinador de Save the Med; Anna Masdeu, técnica de proyectos de Low Impact Fishers of Europe (LIFE); y Santiago Fiol, presidente de la Asociación de Navegantes del Mediterráneo, participaron en el debate que fue presentado y moderado por María Jesús Riera, coordinadora del Club Diario de Mallorca.

Marisa Goñi, directora de este periódico, fue la encargada de dar la bienvenida a ponentes y público, tanto el que acudió presencialmente como al que participó siguiendo en acto en streaming. Goñi recordó que el Mediterráneo, un mar lleno de historia, se encuentra en una situación de riesgo. «La sostenibilidad, un concepto que emergió de los grupos ecologistas y que se consideraba radical, ahora forma parte de las agendas del os gobiernos, las empresas y los particulares. Goñi estimó que la situación presenta luces, como la recuperación de especies, y puntos oscuros, como la proliferación de plásticos; y destacó que es labor de todos «salvar la casa común».

Xavier Pastor aportó en su ponencia sus cerca de 50 años de experiencia y dedicación a la preservación de los océanos en general y del mar Mediterráneo en particular. «Contrariamente a lo que todos podíais pensar, quiero dar una visión esperanzadora, pero exigente», dijo al inicio de su intervención. 

Conrado Villalonga, consejero Editora Balear, y Miguel Rullán, Trablisa. b.ramon

Pastor recordó sus inicios en el Instituto Español Oceanográfico IEO, donde dijo haber tenido sus primeros contactos «críticos» con el mar. «En aquel momento, no había ni control no conocimiento sobre la contaminación», dijo. Su primera labor en el IEO fue precisamente registrar esos datos. «El primer impacto fue en el puerto de Maó, que estaba podrido ya que se vertían las aguas residuales de la ciudad». Pastor que comenzó su carrera profesional en 1974, cuando contaba 24 años de edad, refirió que «soñábamos con que ese desastre cambiara para bien. Que las cuotas se reducirían porque era lo que estaba ocurriendo en el Norte de Europa. Sin embargo, todo ese esfuerzo de investigación no solucionaba nada». Éste fue el detonante de su implicación en distintas organizaciones ecologistas como Greenpeace España, de la que fue fundador. 

Pastor recordó la escalofriante situación del Mediterráneo en los años 80: mil toneladas diarias de ácido sulfúrico y metales pesados vertidas en el golfo de Cádiz, barros procedentes de residuos mineros en la bahía de Portmán, maniobras militares en las Columbretes y en el mismo archipiélago de Cabrera, vertidos de los complejos petroquímicos de Huelva y Tarragona, fueron algunos de los que enumeró Pastor. La situación comenzó a mejorar gracias a distintas acciones como la declaración de reservas marinas o el programa de recuperación del atún rojo del ICCAT, las figuras de protección como el parque nacional marítimo terrestre de Cabrera. «Estoy esperanzado porque todo esto se ha podido hacer a pesar de la reacción de los afectados. Se tiene que dialogar y buscar soluciones». Sin embargo Pastor llamó la atención sobre las nuevas amenazas: los plásticos, el desbordamiento de depuradoras ya obsoletas y el incivismo náutico, además de la amenaza global del cambio climático. 

Riera, Morey, Benbeniste, Goñi, Pastor, Masdeu y Fiol, antes de la mesa redonda. B. Ramon

Representando a la empresa privada, pero con años de experiencia y trabajo en diferentes ONGs, Sandra Benbeniste quiso compartir con los presentes el proyecto Ola de cambio puesto en marcha por el Grupo Iberostar para avanzar hacia un turismo responsable. «Asumimos nuestra corresponsabilidad y establecemos colaboraciones y alianzas como estrategia. Cuidamos de los océanos y de las personas. El 80% de nuestros hoteles están frente al mar y su buen estado es estratégico para nuestro negocio». Destacó que este programa es una apuesta duradera en el tiempo y relató que Ola de Cambio ya ha desterrado de los hoteles Iberostar los plásticos de un solo uso y sus próximos compromisos son llegar al residuo cero antes de 2025 y ser neutros en emisiones en 2030. También indicó el apoyo a proyectos de salud costera y su compromiso por comercializar pescado y marisco cien por cien responsable:«Lo importante es el compromiso y contar lo que se está haciendo», recalcó Benbeniste. «Como consumidores tenemos fuerza para provocar un cambio» advirtió. Coincidió en que el reto de futuro es el cambio climático:«Tenemos que ser neutros en emisiones, ahorrar energía.»

Santiago Fiol inició su intervención subrayando que «no conozco a nadie que navegue y no sea ecologista. Somos cuidadosos con el mar y con la gestión de los residuos que generamos». Fiol denunció que «como sociedad debemos hacer una reflexión que resulta dura y es que los primeros contaminantes son las administraciones públicas, continuamente se están cerrando playas», apuntó en referencia a los problemas generados por la falta de capacidad de las depuradoras. Recordó que «las cifras económicas dicen que el 2% del PIB de Balears provienen del sector náutico. Deberíamos tener una conselleria del Mar, para gestionar todo lo relacionado con este medio», defendió. 

«Conservar y regenerar el mar es un objetivo muy difícil», admitió Gabriel Morey. El activista y biólogo marino mencionó que desde Save the Med se intenta abordar esta labor desde la investigación, la educación y la conservación. Morey valoró positivamente la introducción de áreas marinas protegidas: «Balears ha sido pionera y es una medida de protección de efectividad reconocida», dijo Morey. «Apelamos siempre a la actitud. No se trata solo de reciclar sino de dejar de utilizar y la administración tiene que ser valiente», dijo en referencia a la prohibición de los plásticos de un solo uso.

Anna Masdeu señaló que LIFE representa unos 10.000 pescadores artesanales en Europa: «Nuestro objetivo es que los pescadores de artes menores sean agentes del cambio y que la pesca sea lo más sostenible posible». Recordó que la flota pesquera artesanal ha trabajado de forma altruista en la limpieza del Mediterráneo y que también está muy concienciada respecto a la protección de las praderas de posidonia. Señaló que los vertidos «Las áreas marinas protegidas son de interés pesquero. Estamos ante un reto social y económico porque en el sector no relevo generacional», lamentó. Pese a todo auguró que «no veo un futuro en el que no hay pescadores en los puertos de Balears. Sería una pérdida de valor histórico, cultural y turístico. Ellos son los guardianes del mar».