Un metaestudio que ha recabado los datos de otras 12 investigaciones llevadas a cabo en China (7), Vietnam, India, Dinamarca, Italia y Reino Unido ha concluido que la prevalencia de la depresión entre la población ha pasado del 3,44% en la que se encontraba en 2017 hasta el 25% en 2020. En el año pandémico, una de cada cuatro personas en el mundo se habría visto afectada por estos procesos depresivos.

Antoni Riera, vocal de Psicología Clínica y de la Salud del Colegio Oficial de Psicólogos de Balears, no considera descabelladas estas cifras con todo lo que nos cayó encima el año pasado.

Y se congratula de sus conclusiones. «Concluye que las depresiones raras veces se curan con medicación y esto debería hacer recapacitar a un país que tiene el récord mundial de consumo de benzodiacepinas (fármacos que alivian la excitación neuronal). Aquí, sin ir más lejos, una derivación a Salud Mental desde tu centro de salud puede demorarse entre 3 y 4 meses», denuncia.

Este profesional reclama más plazas de psicólogo clínico en el Servei de Salut y lamenta que solo se formen dos especialistas al año cuando, recuerda, «la atención psicológica es un derecho».

En su opinión, los efectos devastadores de esta pandemia en la salud mental de la población pillarán a Balears poco preparada para afrontarlos. 

«El sufrimiento económico padecido no se cura con psicofármacos. Y aun más. Si no les facilitamos una salida a las personas, tampoco la ayuda psicológica les sanará», advierte el especialista reclamando más psicólogos para que los pacientes de Balears puedan, al menos, ser visitados por el especialista una vez a la semana.