Efectivos de la Guardia Civil, en estrecha colaboración con la Policía Local de Calvià, realizaron controles la noche del viernes y la madrugada del sábado en Palmanova y Magaluf. El dispositivo de vigilancia se prolongó hasta las dos de la madrugada de ayer, hora del cierre de los bares.

El operativo, en el que participaron efectivos de la Agrupación de Reserva de Seguridad (ARS) del instituto armado, prestó especial atención a que las playas permanecieran vacías desde la hora de cierre y a que los turistas, en su mayoría franceses e italianos, no sacaran bebidas a la calle y que fueran vestidos, sin el torso desnudo. Unas 2.000 personas se encontraban en este núcleo turístico de Calvià.

Los controles de la Guardia Civil se establecieron en la rotonda de Palmanova y en Punta Ballena. Además de velar por la normativa antibotellón se trató de evitar incidentes relacionados con la Eurocopa de fútbol. La presencia de los agentes del instituto armado contó con una gran acogida de los dueños de bares de la zona.