Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Maya, la esperanza canina

La Fundación Es Garrover de Inca y S’Hort Vell impulsan la intervención asistida con esta perra para mejorar la autoestima, el estado de ánimo y la comunicación social de las personas con trastornos de salud mental

Maya, la esperanza canina

Maya, la esperanza canina

Para ver este vídeo suscríbete a Diario de Mallorca o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Maya, la esperanza canina Andrés Martínez

«Me levantaba mal y desanimado, pero después de jugar con Maya me voy a casa más alegre y positivo». La Fundación Es Garrover de Inca, en colaboración con la entidad S’Hort Vell, ha puesto en marcha un proyecto novedoso de intervención asistida con perros para mejorar la autoestima, la comunicación social y el estado de ánimo de las personas con trastorno de salud mental. [Vea aquí la galería].

A través de una dinámica grupal, los usuarios juegan con Maya, aprenden cualidades de este animal e interactúan con ella mediante pruebas y habilidades. «Descubren que pueden comunicarse de forma eficaz con el perro y lograr hacer cosas juntos, esto es algo fundamental», asegura Caterina Zamburlini, experta y técnica de intervención asistida con animales de S’Hort vell.

Una iniciativa que parte de los estudios científicos y su análisis sobre el vínculo entre los animales y el bienestar de estas personas, según Magdalena Socias, de la Fundación Es Garrover : «Existen evidencias que explican cómo el contacto de la persona con los animales reduce la ansiedad, potencia la autoestima y mejora las relaciones sociales. Por eso hemos querido apostar por este proyecto desde el primer momento».

Puntuación de la felicidad

Así, la sesión se inicia con los usuarios sentados alrededor de Maya y lo primero que hace la técnica que dirige la terapia es pedirles que puntúen del 1 al 10 el estado de ánimo con el que han acudido a esta intervención.

Una pregunta que se vuelve a formular al final de la actividad para saber si se sienten más felices después de estar con el perro. «En mi caso, al principio me ponía una nota de un 6 o un 7 y al salir de aquí era un 9», confirma Biel Reinés, uno de los usuarios que han participado en el proyecto. Un argumento que comparte Xisca Perelló, otra de las personas que acuden a esta terapia: «Venir aquí me ayuda a pensar en positivo y me siento más calmada».

De hecho, uno de los principales objetivos de la iniciativa es promover estados de ánimo positivos, tal y como sostiene Zamburlini: «Hay muchas personas que experimentan este placer cuando interactúan con el animal, lo que les conlleva un gran beneficio para su bienestar emocional».

El primer contacto que se produce entre la persona y el animal está vinculado con el adiestramiento positivo, es decir, los usuarios le piden a Maya que le den la patita, se tumbe o haga la croqueta. «Le enseñan una serie de habilidades a través del refuerzo positivo, con premios como la comida», expresa Zamburlini.

Una vez ha tenido lugar este juego de habilidades, se presenta una temática vinculada con el comportamiento de los animales, que actuará como hilo conductor de la sesión. Es lo que se denomina como etología.

«Siempre intentamos hacer un paralelismo entre el animal y las personas. Por ejemplo, hemos tratado la escala de necesidades de un perro o cómo expresan sus emociones a través de las posturas corporales. De esta forma, los usuarios aprenden hábitos de estos animales y eso fortalece su autoestima», declara la propia Zamburlini.

Una idea que corrobora Xisca Perelló: «Hemos aprendido que el perro protege al amo, las cualidades positivas que le aporta a una persona, y aprendes a detectar si está contento o enfadado».

8

Maya, la esperanza canina Miguel Ángel Ponce

Juegos y actividades

Por otro lado, los usuarios se relacionan también con Maya a través de juegos y actividades tanto individuales como colectivas. «Se ponen en marcha dinámicas interactivas con circuitos donde el animal debe superar obstáculos con un zigzag de conos, o saltos a través de un aro o una barra. Es aquí donde realmente las personas con estos trastornos potencian la autoestima y la autoeficacia, ya que experimentan la sensación de ser capaces de trabajar con el perro y superar las adversidades que se presentan», advierte Zamburlini.

Por último, la sesión finaliza con la comunicación social entre los distintos usuarios, quienes se van pasando una pelota mientras describen un mensaje positivo de Maya y también de ellos mismos.

«La comunicación social es otro de los puntos fundamentales de este proyecto, es muy importante que puedan estimular la comunicación asertiva y el lenguaje corporal», sostiene la técnica Zamburlini. Una mejora en las habilidades sociales que ha percibido el usuario Reinés: «Esta actividad me ha ayudado a conocer más a gente y soltarme más».

Proyecto piloto

En definitiva, según sostiene la experta en intervención asistida, existen tres principales objetivos con esta terapia: estimular la comunicación verbal y no verbal, fortalecer la autoestima y autoeficacia y promover estados de ánimos positivos.

Metas que durante los dos meses que ha durado este proyecto se han podido vislumbrar entre los participantes: «Hemos creado un vínculo muy especial entre todos. Los he visto muy contentos y con ganas de experimentar cada dinámica». La intervención asistida con Maya para los individuos con trastorno de salud mental ha sido obra de un proyecto piloto que ha durado 2 meses y cuyos resultados y experiencias se estudiarán por parte de la Fundación. «Tenemos que evaluar todas las sesiones y ver cuál ha sido el impacto que ha generado entre los usuarios, aunque es cierto que las primeras sensaciones han sido muy positivas por su parte», defiende Magdalena Socias, quien podría implantar de forma definitiva este tipo de terapia en Es Garrover, aunque focalizando más los objetivos de los destinatarios: «Queremos partir de un objetivo común de un grupo de personas, no de un trastorno o un diagnóstico; la evaluación nos dirá de qué manera podemos acotar más esto».

«No es solo una terapia en sí, sino que es una interacción más práctica que sale de la parte más clínica de un despacho. De manera complementaria puede hacer que el proceso de una persona pueda avanzar de forma más rápida», afirma Magdalena Socias, de la Fundación.

Un nuevo método de apoyo y terapia con animales que se podría utilizar en otros contextos, según determina la experta Zamburlini: «Podría servir de soporte a aquellos niños con periodos de hospitalización largos para que puedan enfrentar mejor la enfermedad. Incluso algunas escuelas que quieran trabajar aspectos emocionales o problemas como el bullying en las aulas»

«Las actividades asistidas solas con animales no van a cambiar la vida de una persona, pero sí le aportan beneficios muy positivos a través de las actividades y el vínculo que se genera», concluye la propia Caterina Zamburlini.

Compartir el artículo

stats