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Los enfermos de cáncer de Baleares denuncian la desatención hospitalaria durante la pandemia

Los pacientes se apoyan en los psicólogos para superar la crisis sanitaria

Pacientes entrando a la consulta del Hospital de Son Espases. Guillem Bosch

«Menos mal que me lo han detectado ahora, porque si llega a ser durante el confinamiento de 2020 no sé qué hubiera pasado». La pandemia y sus consecuencias han cambiado por completo las perspectivas de los enfermos de cáncer en Balears, quienes se han visto afectados por la privación de una atención especializada. Así, el colapso del sistema sanitario, especialmente durante la primera ola de la covid, ha hecho que las pruebas de diagnóstico y tratamiento se hayan ido retrasando sine die’

Además, los pacientes también han sufrido la falta de contacto con sus familiares y amigos en una etapa en la que necesitaban el apoyo de sus más allegados. Una situación que ha provocado que cerca del 40% hayan sufrido estrés o ansiedad durante la crisis sanitaria.

«Entiendo que con la covid los médicos estaban desbordados, pero un cáncer no puede esperar. Conozco compañeras que recibieron las visitas de los doctores demasiado tarde. Es una sensación de rabia e impotencia, de saber que si no me pueden atender me muero», expresa Torres.

Una demanda que también lanza María Pérez, con un cáncer de mama superado durante el 2020, pero todavía pendiente de pruebas y seguimiento: «Después de salir de una operación tan dura, me volvió a salir otro bulto y me daban un mes para detectar si era bueno o malo. Había superado la radio, la quimio, pero no saber qué pasaba con este bulto era horroroso, me generaba una ansiedad horrible. No es culpa de los médicos, sino de que el sistema ha fallado».

María Luisa Torres.

«Con la pandemia se quedó todo parado para hacerme los análisis de diabetes; me tocaban en junio y no me llamaron hasta noviembre del año pasado. Así, el azúcar se me disparó por las nubes y derivó a una diabetes muy descontrolada. No me encontraba nada bien, y después de hacerme unas pruebas, me detectaron cáncer de páncreas», relata María Luisa Torres, paciente oncológica, quien se muestra muy crítica con la falta de atención que su colectivo ha recibido durante esta etapa en el hospital.

Desde la perspectiva del doctor Javier Cortés, presidente de la Junta de Balears de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), «lo que más se ha penalizado ha sido el número de biopsias y también la incorporación de pacientes en los ensayos de investigación en marcha. Se espera un incremento de diagnósticos de cáncer en fases más avanzadas durante el 2021 y 2022, aunque existe una voluntad muy importante por parte del sistema sanitario para reconducir la situación y que afecte lo menos posible». A la falta de atención y diagnóstico de la enfermad también se han sumado los problemas psicológicos entre los enfermos. De hecho, muchos de ellos han recurrido al apoyo de un profesional para poder atravesar un momento tan complejo.

Honorada Reolid Andrés Martínez

Apoyo familiar

Es el caso de Honorada Reolid, a la que le diagnosticaron un cáncer ginecológico en plena pandemia: «Lo llevaba muy mal porque estaba encerrada en casa sin salir. Mi familia me advirtió que necesitaba ayuda psicológica y la cogí. Para un enfermo de cáncer es muy complicado ser optimista, si encima le sumas la covid pues es fácil caer en una depresión», afirma.

Así, el hecho de no poder estar cerca de los familiares fue algo que ha afectado mucho a los enfermos, tal y como asegura María Pérez: «Yo soy de Ponferrada y llevo dos años sin poder ver a mi madre ni explicarle todo lo que me ha pasado. No podía dormir, lloraba por las esquinas todos los días, la verdad que fue una sensación horrible, por eso quise ponerme en manos de una psicóloga».

Mercado laboral

Por otro lado, según apunta Javier Cortés, la AECC ha observado una caída del 25% en el bienestar de los pacientes en las islas, especialmente en los más jóvenes, que se sitúa en un 60%. De esta forma, la asociación ha triplicado la asistencia psicológica, tanto para los pacientes como las propias familias. «Es muy importante que el entorno que les rodea sea positivo, porque sino aquellas personas con problemas sociales o psicológicos pueden empeorar su pronóstico, está demostrado».

María Pérez. Andrés Martínez

El propio Cortés incide en la caída del mercado laboral como otro de los efectos adversos: «durante la pandemia se ha duplicado el número de familias con enfermos que han sufrido grandes pérdidas económicas y empleo. Un hecho que ha sufrido María Luisa Torres: «Yo trabajaba limpiando casas, pero ahora con la enfermedad no puedo. Económicamente es una situación muy dura, hemos tenido que pedir ayudas al Ayuntamiento y a asociaciones para sacar los gastos adelante».

Futuro ilusionante

A pesar de la mala situación que han afrontado los enfermos de cáncer durante los últimos meses, el avance hacia el final de la pandemia hace que se muestren más optimistas, sostiene Honorada Reolid. «Yo he superado la enfermedad, aunque sigo teniendo secuelas y todavía no concibo la vida como lo hacía antes. Pero los que todavía siguen en la lucha deben ser optimistas, porque de esto se sale. Creo que es fundamental conocer gente que está en tu misma situación y que te puedan apoyar», declara Reolid.

Una ilusión por volver a estar cerca de los familiares y poder superar la enfermedad, concluye María Luisa Torres: «Me tienen que operar pero yo quiero ir a la playa, salir a pasear y disfrutar de la vida. Muchas veces pensamos más allá, pero hay que detenerse y disfrutar de las pequeñas cosas que tenemos».

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