El director de Impulsa Balears, Antoni Riera, insistió ayer en el Senado en la necesidad de «integrar el hecho insular en una visión de región compartida, como forma para revertir los desequilibrios competitivos acumulados». Así lo trasladó durante su intervención en la Ponencia de estudio sobre la insularidad, llevada a cabo ayer en el Senado.

Riera basó su aportación en un análisis comparado del equilibrio competitividad-prosperidad de las 18 regiones insulares que forman parte de la UE-27, entre las que se encuentran Balears y Canarias. Las principales conclusiones de este análisis, que se publicará próximamente, confirman que todas las regiones insulares europeas tiene una puntuación competitiva inferior a la media de la UE. Una cuestión que explica que, en el ranking de competitividad, a excepción de la finlandesa Åland, las islas españolas, griegas, francesas y portuguesas, además de Malta y Chipre, se sitúen en los primeros quintiles de la distribución, que corresponden a tramos de competitividad ‘baja’ –el caso de Balears– o ‘muy baja’.

Paralelamente, los diferenciales negativos en renta per cápita se han ampliado durante las dos últimas décadas en 15 de las 18 regiones insulares europeas.

Balears pierde posiciones

En el caso del archipiélago balear, y a la luz de la erosión año tras año de su capacidad de generación de renta, se ha pasado de gozar de un nivel de renta ‘muy alto’ en 2001 –superior en un 22,9% a la media europea– a un nivel de renta ‘alto’ en 2019 –inferior en un 3% a la media europea–, cuestión que ha relegado las islas de la posición 48 a la 98 del ranking de las 233 regiones de la UE.

Frente a estos resultados, Antoni Riera trasladó a los senadores la necesidad de «integrar y poner en valor el hecho insular en una visión compartida, como forma para revertir los desequilibrios competitivos acumulados a fecha de hoy».