Cincuenta pacientes con covid-19 ingresados en toda la infraestructura sanitaria de esta comunidad, tanto pública como privada. Dieciséis de ellos en unidades de cuidados intensivos y los 34 restantes en planta.

Esta era la situación asistencial de ayer en las islas, una coyuntura que sigue sin hacer cambiar de color el semáforo de la desescalada inventado por el Ejecutivo autonómico con la colaboración de sus asesores técnicos.

Uno de ellos, el doctor Javier Arranz, concedió que estos datos mejoran los de la semana anterior, cuando había 39 pacientes en planta (cinco más) y 23 en UCI, siete más que ayer.

No obstante, aunque el portavoz del comité de enfermedades infecciosas habló de una «tendencia de bajada lenta» y reveló una incidencia de 46 casos por cada cien mil habitantes a 14 días en Balears, que se reducía a unos más prometedores 20 casos a los siete días, siguió reclamando prudencia a la población recordándole que «cualquier ingreso hospitalario puede acabar en la UCI».

Ayer se comunicaron 22 nuevos contagios correspondientes al pasado domingo y otros 44 notificados el sábado. Estas nuevas infecciones sumaban, hasta el momento, un total de 59.804 personas contagiadas por el virus pandémico desde el inicio de la crisis.

De todos ellos, 832 permanecían ayer activos aunque, en su inmensa mayoría, pasando la enfermedad con síntomas leves en sus domicilios (782). La cifra de defunciones permaneció también invariable en las 834 desde el comienzo de la pandemia y los contagiados sociosanitarios eran testimoniales.