Con el fin del estado de alarma la competencia entre las navieras en Balears en el transporte de viajeros y vehículos en el Mediterráneo occidental se ha revolucionado. En un mercado antes controlado por Baleària, Armas-Trasmediterránea y Grimaldi (que salió al rescate de la ‘Tras’) y ante la miel de la temporada turística y el levantamiento de las restricciones a la movilidad, ha llegado otro competidor, Grandi Navi Veloci (GNV), filial del gigante MSC, que tendrá su base en Palma, además de la alemana FRS y la francesa Corsica Ferries.
Durante la presentación en Palma del Eleanor Roosevelt, el nuevo fast ferry a gas natural de Baleària, Adolfo Utor, presidente de la naviera, clamó en su discurso, desde el convencimiento «en el libre comercio y la libre competencia» contra la irrupción de «nuevos actores europeos, italianos, alemanes y franceses», empoderados por ayudas estatales, que llegan «al calor del verano» tras el barbecho de la pandemia, aprovechándose de «la debilidad coyuntural» de otros operadores. Reclamó «igualdad de condiciones» a autoridades y administraciones para que «ningún» competidor «enfangue el terreno de juego» y reivindicó «el arraigo» al archipiélago de Baleària.