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Hablan los estudiantes de la UIB: «No sé ni cómo se llaman los candidatos al Rectorado»

Los alumnos de la universidad se muestran sorprendidos ante las elecciones del próximo 20 de mayo entre Carmen Orte y Jaume Carot, aunque exigen mejoras en la digitalización y la docencia

Los estudiantes reclaman mejoras de la UIB

Los estudiantes reclaman mejoras de la UIB M. A. Ponce

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Los estudiantes reclaman mejoras de la UIB Andrés Martínez

«Creo que uno de los candidatos se llama Javier...¿No?». Así de desconcertados se muestran los estudiantes de la UIB con las elecciones para el Rectorado del próximo 20 de mayo, en las que Jaume Carot y Carmen Orte se medirán para sustituir a Llorenç Huguet en el cargo. Comentarios como «la verdad es que ni he abierto los correos electrónicos» o «ni sabía que había elecciones» resuenan por los pasillos del campus ante unos comicios que cambiarán el modelo de dirección universitario.

A pesar de no estar muy informados acerca de los programas y propuestas de ambos perfiles, los alumnos observan con recelo algunos aspectos de la Universidad, y por ello, esperan que el nuevo Rector escuche sus propuestas, especialmente vinculadas con la digitalización y la docencia. ¿Cuáles son las demandas de los estudiantes? ¿De qué manera conciben la reputación de la UIB?

Ambar de Echave, estudiante de cuarto curso de Trabajo Social, estaba al tanto de los comicios, aunque no conocía muy bien a los candidatos: «Es cierto que desde Docencia se nos ha animado mucho a participar, pero realmente no conozco a ninguno de los dos. Creo que uno de los errores por parte de la Universidad es que no nos han ofrecido información al respecto, y así es difícil estar al tanto», concluye. Una idea que comparten Alejandro Martínez y Claudia Ruiz, que actualmente están en el segundo año de Filología Inglesa: «Sabíamos lo de las elecciones pero no conocemos mucho los perfiles de los candidatos. El otro día leí el nombre de uno pero ahora no recuerdo bien», afirman.

Los jóvenes a la salida de una de las facultades de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Andrés Martínez

Programa electoral

Desde otra perspectiva, hay algunos jóvenes que sí conocen con más detalle a quienes postulan por el puesto en las elecciones del 20 de mayo, como es el caso de Pau Roig, alumno de Pedagogía y presidente del Consejo de Estudiantes.

«Desde el Consejo estamos siguiendo estas elecciones, cómo evolucionan las candidaturas y las diferentes propuestas que se llevan a cabo porque es un cambio que afecta a los alumnos», explica Roig. Asimismo, hay quienes se han informado acerca de las propuestas que han presentado tanto Carmen Orte como Jaume Carot: «Me he leído los programas, especialmente los puntos en los que hablan sobre qué van a aportar a los alumnos. La verdad es que ninguno de los dos me convenció al 100%, aunque Carot me dio una sensación de ser más cercano con el alumno», sostiene Blanca Pieras, estudiante de tercer año de Matemáticas.

«Me he informado de cuáles son los objetivos de ambos candidatos, y yo tengo claro a quién votaré, aunque tampoco creo que el cambio de Rector suponga una gran transformación en la UIB», declara Bernat Jordà, alumno de último curso en Matemáticas.

Digitalización

Con la llegada de un nuevo Rector a la Universidad, ya sea Carmen Orte o Jaume Carot, los alumnos confían en la mejora de algunos aspectos de la UIB con los que no están conformes, como las ayudas económicas a los estudios.

La escuela politécnica de la UIB. Andrés Martínez

«Ambos programas hablan de la necesidad de conseguir igualdad de oportunidades entre estudiantes a través de las becas y ayudas económicas, aunque luego es algo que tienen que plasmarlo en la realidad», sostiene Pieras.

Otra de las principales demandas que se ha acentuado con la pandemia es la necesidad de un progreso de la digitalización, tal y como defiende Alejandro Martínez: «La llegada de la covid y la semi-presencialidad ha supuesto un gran cambio para los profesores, que se han intentado adaptar a la situación, pero se nota que falta avanzar en este aspecto».

Desde la perspectiva de Pau Roig, es fundamental apostar por un avance digital: «Las presentaciones tienen que dejar de ser un powerpoint pasado a pdf, la digitalización abarca mucho más. Es imprescindible que los equipamientos informáticos propios de la Universidad mejoren». Algo de lo que también se quejan los propios docentes, según Ambar de Echave: «La docencia no está preparada para la nueva era digital, a ellos les cuesta y son los primeros que se quejan de no haber tenido una formación previa».

Contacto profesor-alumno

Por otro lado, los estudiantes exigen una mejoría en la transparencia y comunicación por parte de la Universidad: «Queremos saber cómo funciona la UIB, queremos conocer los mecanismos internos y saber qué actividades se hacen, porque muchas veces estas no nos llegan en las mejores condiciones», expone el presidente del Consejo de Estudiantes.

«La covid ha hecho que los docentes mejoren con la digitalización, pero falta avanzar más»

ALEJANDRO MARTÍNEZ Y CLAUDIA RUIZ - ESTUDIANTES DE FILOLOGÍA INGLESA

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Un contacto que para Claudia Ruiz también se debería enriquecer entre alumno y profesor: «No creo que haya una atención especializada para el alumno, muchas veces enviamos correos y no nos contestan. La administración no tiene muy en cuenta las necesidades de los alumnos en cuanto a los servicios o los profesores».

Otro de los problemas que los alumnos también detectan es el aspecto lingüístico, especialmente con los estudiantes procedentes del programa Erasmus. «Hay muchas asignaturas que sólo se imparten en catalán, hay profesores que no quieren darlas en inglés o en castellano».

«Por un lado está muy bien porque es nuestra lengua y tenemos que defenderla, pero de cara a los alumnos de intercambio es muy complicado. Es muy importante adaptar el concepto lingüístico para mejorar los convenios con otras universidades internacionales», expresa Bernat Jordà.

«La UIB tiene que ganar más reconocimiento y convertirse en la primera opción de todos los alumnos»

PAU ROIG - PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ESTUDIANTES

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En relación con las elecciones del próximo 20 de mayo, los jóvenes de la UIB también piden al Rectorado una mayor autonomía para que sus propuestas se plasmen de forma real en la Universidad. «Deberíamos tener una mayor autodeterminación en el sentido de decidir qué se hace o se deja de hacer en la UIB, cómo deberían enfocarse ciertas asignaturas o el rol que juegan los profesores. Se planea, se diseña, se elabora, pero al margen de los estudiantes, y al final quien tiene que ir a clase somos nosotros», asegura Ambar de Echave. «Es muy importante que realmente escuchen a los estudiantes. Tienen que ir a las aulas y preguntarnos qué propuestas deberían tener en cuenta», manifiesta Blanca Pieras.

Reputación de la UIB

A pesar de que Balears cuenta con un centro universitario como es la UIB, hay muchos jóvenes que, al finalizar el Bachillerato o la Formación Profesional, deciden marcharse fuera a estudiar a ciudades como Madrid o Barcelona. Para Claudia Ruiz, una de las causas de esta migración educativa está vinculada con el atractivo de vivir experiencias fuera de la isla: «Va un poco en función del futuro de cada uno, pero al final si hay una oportunidad de conocer otro lugar y otras universidades se suele coger para disfrutar de una experiencia diferente».

«Al final se planea y se diseña todo al margen de los estudiantes, pedimos mayor poder de decisión»

AMBAR DE ECHAVE - ALUMNA DE CUARTO CURSO DE TRABAJO SOCIAL

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Así, desde la visión de Ambar de Echave, esta marcha masiva de estudiantes también está relacionada con el número de opciones que ofrece la UIB: «El abanico de carreras que se ofrece es más restringido, aquí no se dan muchas carreras y por eso muchos se van fuera, porque tampoco les queda otro remedio si quieren hacer un grado concreto».

Sin embargo, Bernat Jordà señala que «la UIB tiene mala fama pero cuenta con algunas facultades que son de las mejores de España, como por ejemplo Turismo o toda la parte de Ciencias». Por último, Pau Roig indica que «es cierto que la UIB necesita ser más accesible y ganar reconocimiento para que se convierta en la primera opción para todos los alumnos. Tenemos una universidad ubicada en un territorio privilegiado y hay que aprovecharlo» concluye.

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