La carrera electoral para suceder a Llorenç Huguet al frente de la Universitat de les Illes Balears (UIB) arrancó ayer con las propuestas de los dos candidatos a rector en liza, la catedrática de Pedagogía, Carmen Orte; y el catedrático de Física, Jaume Carot. Un pulso que se resolverá en las elecciones que se celebrarán el día 20 en primera vuelta y en una votación definitiva el día 27 en caso de que ninguno de los aspirantes hubiera obtenido más de la mitad de los votos.
Orte se aferra a la bandera de la renovación frente a un Carot que trata de esculpirse un perfil propio después de haber acompañado a Huguet como vicerrector de Investigación entre 2013 y 2019, cuando dimitió pensando ya en madurar su candidatura. Acumula experiencia de gestión con Huguet, con el que ahora trata de marcar distancias, y con su predecesora Montserrat Casas, con la que fue vicerrector de Profesorado y Posgrado.
La campaña arrancó formalmente ayer para las dos candidaturas con la presentación de los equipos, aunque ya habían sido anunciados, y de los principales ejes programáticos para seducir a alumnos, docentes, investigadores y personal administrativo.
«Internacionalización, digitalización, sentimiento de pertenencia a la UIB, participación activa del alumnado, igualdad de oportunidades, eliminación de burocracia y redundancias, y creación de unidades docentes y de investigación adaptadas a sus necesidades y proyectos futuros serán algunos de los ejes de nuestra actuación», indicó Carot en una nota de prensa presidida por su lema de campaña, ‘Un impulso en 3D. Un impulso a los valores que dan sentido a la UIB’.
Dos presentaciones
Carot presentó un «decálogo de actuaciones» encabezado por «la negociación de un nuevo modelo de financiación a largo plazo», además de diferentes ideas para mejorar las condiciones del Personal de Administración y Servicios (PAS) y del Personal Docente e Investigador (PDI). La relación incluye propuestas como «mejorar la calidad real», de los estudios de grado, «impulsar la administración electrónica» para eliminar el papeleo, la «transformación integral» de uno de los edificios del campus para hacerlo más sostenible y un plan de «captación de recursos para la investigación».
Orte propone un modelo híbrido con clases a distancia y presenciales, ‘escoleta’ y un Laboratorio de ideas Montserrat Casas
Orte optó por presentar su programa de manera presencial en un acto en el campus acompañada de su equipo y varias decenas de asistentes. Considera que no haber estado nunca en primera línea de gestión de la UIB le garantiza «otra mirada» para marcar el rumbo de la Universitat los próximos años.
Detalló su labor como docente e investigadora, destacó la creación en 1997 de la Universitat Oberta per a Majors (UOM) como uno de sus grandes logros y presentó un programa que sitúa a los estudiantes como «el corazón» de la universidad. «Seremos seductores para que nos elijan a nosotros y sientan orgullo de pertenencia a la UIB», afirmó.
Prometió un «salario emocional» para los trabajadores que incluirá «teletrabajo, flexibilidad horaria y atención a la salud mental», algo que consideró «necesario» a causa de la pandemia. También apostó por posicionar la labor investigadora de la UIB en Europa —«esto nos hace mucha falta», enfatizó—, y «un modelo híbrido» que combinará clases presenciales con educación a distancia, aprovechando la dinámica abierta esta emergencia sanitaria.
Carot apuesta por un nuevo modelo de financiación, más administración digital y recursos para investigar
Otras propuestas que lanzó fueron la creación de un Laboratorio de ideas Montserrat Casas —«un espacio para divulgar nuestra labor»—, la apertura de una ‘escoleta’ y el UIB International Center «para hacernos atractivos en Europa y acercarnos a Asia e Iberoamérica».
‘Internacionalizar’ la UIB parece ser una preocupación compartida por l os dos candidatos, ya que Carot propone la apertura de una Oficina de Proyectos Europeos que «dé apoyo a la consecución de proyectos internacionales» que se desarrollen en la universidad.
Durante las próximas dos semanas tratarán de persuadir a la comunidad universitaria para ocupar el edificio de Son Lledó y poner fin al longevo rectorado de Huguet.